LA CHICA DEL PEDO Y TODO EN REGLA
Fecha: 05/12/2020,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Morbograma, Fuente: SexoSinTabues
... rapidez y le dije: -¡Si tanto me quieres entre tus piernas aprovechemos y busquemos un lugar adecuado para darte lo que quieres! Sin dejar de reírse por esa broma pesada que me lanzó, contestó: -No tenemos tiempo… Además me llegó la regla. Tengo el periodo –recalcó- Increíblemente, hasta entonces habíamos hecho casi todo el sexo grotesco que una persona ‘normal’ rechazaría de plano: lluvias doradas, cagar, tirarse pedos, escupir, hablar sucio, tomar fluidos genitales, y todo lo que se deriva de lo anterior; pero curiosamente nunca habíamos tenido sexo mientras tenía el periodo. Simplemente no había coincidido. -¡Eso no es problema! –afirmé vehementemente- No podré hacerte sexo oral completo: sólo por los lados y concentrado en el clítoris, ¡pero que se puede, se puede! Antes de que ella dijese algo me acomodé justo a su lado en el sillón, que estaba ubicado contra una de las paredes del restaurante, y comencé a acariciar su entrepierna, subiendo un poco su minifalda y moviendo mis dedos sobre sus medias veladas. La complicidad de la mesa me ayudaba a disimularlo todo. - Oyeee, ¡¿Estas loco?! ¡Nos pueden ver! ¡Me pueden oler! Cerró las piernas y mi mano izquierda quedó aprisionada entre ellas lo que me permitió sentir ya no un protector pequeño sino una toalla de buen tamaño, abultada, quizá porque no la había cambiado en toda la mañana –pensé- Miré alrededor; no había nadie en las mesas cercanas, los meseros estaban distraídos conversando entre ellos o sirviendo platos en ...
... otras mesas; como pude alcancé el iPad que Catalina llevaba en la cartera y comencé a fingir que leíamos algo interesante en la pantalla, para disimular cualquier gesto y movimientos. -Hazte la interesada. Como si estuviéramos leyendo algo sobre Tarantino o sobre Christopher Nolan. -¡¿Sobre quién putas?! –preguntó sin interés- Ella trató de acomodarse y sacar mi mano pero el movimiento que hizo solo permitió que mis dedos se apoyaran en el lugar correcto para acariciarla sin misericordia. Poco a poco sus piernas se fueron abriendo entregándose al placer sin mucho esfuerzo. Sus mejillas comenzaron a ponerse coloradas y la respiración en lapsos de trote o carrera de 100 metros. Mientras trataba de mirar un punto fijo en la pantalla del iPad, en realidad sus ojos enfocaban los alrededores como dos cámaras de seguridad. -Súbete un poco la falda. –Me miró con reproche, pero lo hizo- Entonces metí la mano por entre las medias y los calzones hasta llegar a su vagina, hasta sus hermosos y carnosos labios que se sentían más grandes y viscosos que nunca. El anterior de mi mano rozaba la toalla que también se sentía mojada, muy mojada, el clítoris también se sentía más grande y ella hacía un enorme esfuerzo para no gemir ni gritar. Yo con cada movimiento sentía más humedad entre mis dedos, más viscosidad, más calor, trataba de alargar uno de los dedos para llegar al ano y untarle con los flujos descontrolados. Ella comenzó a acariciar el pene por encima del pantalón. Como pudo abrió la ...