1. LA CHICA DEL PEDO Y TODO EN REGLA


    Fecha: 05/12/2020, Categorías: Fetichismo Autor: Morbograma, Fuente: SexoSinTabues

    ... bragueta y con el tirón propio del caucho de los boxers sentí su mano deslizarse agarrando mi mástil con firmeza y fogosidad. Cada vez que mis dedos separaban los labios de la vagina y acariciaban el clítoris, ella apretaba mi pene con fuerza, como avisándome que estaba a punto del orgasmo. En este momento ya su falda estaba a la altura del estómago, las medias veladas a mitad de los muslos y los calzones desacomodados y casi desgarrados a la altura de la pelvis. Sin mucho cuidado, ella sacó mi pene por entre la bragueta, (más tarde me daría cuenta que tenía un pequeño corte por la cremallera); y comenzó a masturbarme como si nadie estuviera allí. Yo, como un digitador profesional, movía los dedos y la mano propiciando espasmos y contracciones vaginales sin igual. -Me voy a venir… me voy a venir… sigue tocándome así, dale, así, dale, dale… -susurraba- Ella tenía el brazo izquierdo sobre la mesa, cerró el puño, yo sentí que me estrangulaba el pene con la mano derecha, agachó la cabeza, quizá para disimular el gesto, y oí un gemido gutural, casi en secreto, mientras yo sentía en mi mano izquierda un chorro de flujos muy húmedos y viscosos saliendo de la vagina con algo de presión. Ella seguía con su mano derecha apretándome el pene pero ya no me masturbaba, solo me refregaba el glande con el dedo gordo lubricado por el esperma que se había logrado escapar. Yo sentía que la corriente de esperma iba a salir escupida para todos lados por la presión, dejé caer el iPad para liberar ...
    ... mi mano derecha, aparté su mano, agarré a mi mejor amigo, me di media vuelta hacia la izquierda, y me derramé sobre su pubis que había dejado al descubierto mientras la masturbaba. Cuando volví en mi ella estaba con la espalda completamente recostada hacia atrás, sostenida por el espaldar, chupándose el dedo gordo con el esperma que le había quedado untado; con las mejillas coloradas, y mirándome con deseo. Yo había hecho un reguero enorme que ahora escurría por todo el vientre de ella, desde el pubis hacia su vagina, entre un vello púbico no tan frondoso como en otras ocasiones, pero tan sexy como siempre. Saqué completamente mi mano izquierda de su entrepierna para constatar lo inevitable: estaba llena de sangre, combinada con una mucosidad transparente y viscosa, olía no tan fuerte, pero tenía ese aroma vaginal concentrado que a mi me enloquecía; yo, como un catador, comencé a refregarme la regla entre los dedos de la mano mientras ella observaba con curiosidad. - ¿No te da asco? Me mojé demasiado, ¿no? Fue mucho, ¿no? –Dijo como si estuviéramos recostados en la cama luego de cualquier polvo- - No. Esto es delicioso. Aún no vuelvo en mí del todo. Me encanta. Entre más mojada estés, más excitado me vas a poner. - Qué rico. Yo no me imag… –interrumpió súbitamente- Viene, viene, viene. - ¿Qué pass…? Volteé a mirar. Una mesera se acercaba por el flanco derecho, mi flanco. Catalina estaba semidesnuda, chorreando semen por todas partes; yo con el pene afuera, una mano untada de ...
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