-
Muchacho tímido y sincero
Fecha: 05/12/2020, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... culo de uno de los matones más temidos y respetados del vecindario? Sí, eso era el hombre de treinta años que, con el rostro desfigurado y expresando un dolor inmenso, al que tenía agarrado por las caderas, ensartado en mi verga, y que con mis diecisiete centímetros de largo y cinco de grosor, se abría paso en su culo virgen. Esta no es una historia de amor, ni de sexo desenfrenado. Esto ha llevado tiempo. Y no he sido yo el que lo buscaba. Él lo hacía con sugerencias o indirectamente me lo insinuaba: "Tú eres serio, tú no vas a decir nada. Te respeto y también a tu verga". "Sí, tú bonita y tremenda verga me gusta..., pero no me la dejaré meter..., no es por falta de ganas, es por miedo..., meter tu verga tiene que doler". Hace más de año y medio que comenzó la historia. Ya nos habíamos visto antes. Él estaba en décimo grado cuando yo estaba en sexto, en el mismo colegio. Era de los grandes y de los chicos bonitos. 175 de altura, siempre hemos mantenido la diferencia de diez centímetros a su favor, blanquito, delgado y fibrado. Piernas velludas y un culo... ¡Ah! ¡Lo que hace el jugar al fútbol!... ¿Pandillero?... Desde siempre. ¿Calenturiento?... Toda la vida. Siempre con varias chicas detrás de él pidiéndole verga… Dejó a una novia embarazada y le pusieron coto y frenó desde entonces. Yo era el niño querido del colegio, el que declamaba en los concursos de poesía, el inteligente y también el llorón, ¿por qué no decirlo? Aun así, nadie se ...
... metió conmigo. El bullying resultaba lo normal. No era afeminado. Tampoco era un macho. Pero nadie, nunca, me cuestionó. El que quería acercarse a mí era bienvenido, el que no tampoco me jodía. Sabíamos el uno quien era el otro. Él se llama Fabián y yo Andrés. Nunca habíamos hablado hasta que..., un día iba ebrio por la calle, daba traspiés por la borrachera y me lo encontré camino a casa. Sí, era en noviembre del 14, lo recuerdo perfectamente. Me pidió un cigarrillo. Yo no tenía y le dije: - "¿Más bien no tendrás tu uno para mí?"-. No lo dije con doble sentido y él tampoco lo tomó así, pero sí dijo algo que yo no esperaba en ese momento: - "Si te doy un cigarrillo, ¿tú qué me das?". Quedé pasmado. Se acercó y me dijo en voz baja: -"Yo sé que tú eres gay. Relájate conmigo, ven y fúmate el cigarrillo en mi casa". ¿Estaba alucinando? No me hice de rogar. ¡Estaba ebrio! Tenía, como dicen por aquí, voluntad y espíritu de Puta. Además, quería un cigarrillo. No de carne. Deseaba uno de verdad. Reconozco que soy bueno mamando verga y chupando culos, pero no me gusta... O bueno, sí que me gusta, pero cuando esa persona me causa algún sentimiento más que..., calentura. Cuando tengo calentura soy putamente egoísta. Nada me importa. Si yo disfruto, los demás a la mierda. Claro que soy muy educado y eso hace que la gente que "tira" o "jode"..., o, mejor dicho, los culos que me follo, queden satisfechos pero no plenos, tampoco se deprimen, el 'desplante' ...