Como mueve el culo la mojigata de mi madre
Fecha: 05/12/2020,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: tila_ra9, Fuente: CuentoRelatos
... aahhh, con cuidado cariño
Mi glande ya había entrado. Deje unos segundos que su culo se acostumbrara a mi polla, mientras yo seguía comiéndole sus melones, tenía unos pezones que no me cabían en la boca. De repente su cintura se empezó a mover. A la muy puta la estaba gustando tener mi polla en su culo. Ya era mía.
Entonces la puse a cuatro patas, la bese sus cachas, y le dije:
-Ya verás cómo disfrutas mama
Ella agacho la cabeza, echo su culazo para atrás y dijo: -Con cuidado cariño
Me puse un pegote de crema en el capullo y lentamente se la metí hasta los cajones, despacito como ella me pedía, pero muy profundo y bien adentro.
-Ay, ay... cha, cha... Hijo que me haces, que me haces... Ay, May...
-darte por el culo madre, como si fueras una puta.
Estuve un buen rato quieto, con la polla bien dentro, y acariciándole las tetas y el coño, por cierto lo tenía bien mojadito. De repente noté como empezó a moverse muy despacito, de atrás a adelante y en pequeños círculos. Estaba disfrutando
Esa fue la señal, me incorporé, me aferré a sus tremendas caderas, y la di bien dada por el culo, con fuerza y con ilusión
Todavía ...
... recuerdo el sonido de mis huevos chocando contra su coño encharcado. Mi madre alargando una mano me agarro de los huevos y gritando dijo:
- Ahhh... Ah... Ohhh... Ohhh Me corro cabrón... Hijo de puta
El sonido de esas palabras soeces de la boca de mi madre, y la visión de mi polla entrando y saliendo de su culo a toda máquina, me hizo explotar.
-Mamá, mamá, mamaaa.
El grifo se abrió y estuve corriéndome un buen rato en sus entrañas.
Me baje de su grupa. Su ano estaba súper dilatado y rebosaba borbotones de semen. La di una palmada en su culo y la dije:
-Ves cómo te iba a gustar.
Nos quedamos dormidos abrazados, de madrugada me levante y me fui a mi cama.
Al día siguiente, no hicimos ningún comentario, como si no hubiera ocurrido. Pero al ver andar a mi madre espatarrada y quejarse cuando se sentaba me hacía recordar nuestro caluroso encuentro. Regresamos a Madrid, a la rutina diaria, la veía hablar con mi padre, con mi hermana, con sus amigas, vestida de la forma recatada de siempre, y yo en mi interior pensaba: “joder, con la mojigata de mi madre, como mueve el culo“.
Nuestras vidas habían cambiado y tuvimos más experiencias.