Delicias en familia 1 y 2
Fecha: 11/12/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Inter96, Fuente: SexoSinTabues
... verdad es que coger con mi esposo últimamente ya no era tan placentero como antes. La rutina nos había obligado a tener sexo duro. Él guió mi cabeza para que me metiera la polla en la boca. Le pasé la lengua al glande, que palpitaba por la sangre dentro, y después me eché a la cama, bocarriba. Él se acomodó encima de mí, con un 69 invertido. Me abrió las piernas y no dudó un segundo en clavarme los dedos en el culo, mientras su lengua me daba rápidas embestidas. Su verga, larga, pero no tan gruesa, quedó a mi alcance y me la metí a la boca. Tenía que cerrar los ojos para poder controlar bien mi respiración. Gerardo movía sus caderas, penetrándome despacio la garganta. Tuve arcadas. — ¡Espera, Gerardo! —le mascullé —. Me estás ahogando. —¡Cómetela! —ordenó. Me pasé la lengua por los labios y seguí chupándole como sólo yo sabía hacerlo, con esa técnica de garganta profunda que hice en mis mejores años como actriz porno amateur. Claro que Gerardo no sabía nada de esto. Mis videos estaban escondidos en un disco que mi ex novio me dio antes de separarnos. —Creo que una de las chicas nos vio —le dije a Gerardo, degustando sus bolas y jugando con ellas en mi boca. —Nah. No lo creo. Relájate —se quitó encima de mí. Yo me coloqué de a perrito, y sin perder tiempo, Gerardo me ensartó casi hasta meterme las bolas. Sólo me dio unas cuantas embestidas hasta que de repente se detuvo, conteniendo la eyaculación. Yo sonreí e hice presión con los músculos de mi vagina y moví las caderas en ...
... círculo. Eso bastó para que mi esposo soltara su leche dentro de mí, en medio de jadeos. —Ah, eso fue rico —gemí, al sentir lo caliente del semen dentro. —¡Cabrona! —gruñó él, echándose a un lado —. Te quería coger más tiempo. —Ya estoy agotada —me acosté a su lado y me tapé con la sábana. Un buen marido abrazaría a su mujer después de esto, pero Gerardo se dio por vencido y se tiró a dormir. Yo quería abrazarlo y besarlo en los labios, aunque a él estas cosas no le gustaban. Me detuve y torcí los labios. Le di la espalda y también me acosté, haciendo un poquito de presión para sacar todo el semen que tenía dentro de mi coño. Estaba cansada para ir a bañarme, así que me quedé dormida en pocos minutos. Cuando me levanté por la mañana mi esposo ya se había ido. En la mesa junto a la cama había dinero. Era parte de la quincena, aunque que me la diera después del sexo sólo me hacía sentir como una puta. De todos modos lo agarré y lo metí en mi cartera. Me coloqué una bata de seda oscura, algo transparente, y unos boxers pequeños que me apretaban un poco de las caderas y marcaban el triángulo de mi coño. Me miré al espejo y me vi echa un desastre, con el pelo negro alborotado, la piel un poco más pálida de lo normal, porque casi nunca salía de la casa, y varios chupetones en el cuello. Mis pezones asomaban un poco por debajo de la tela transparente. Salí del cuarto. Eran poco más de las siete y media de la mañana. Fui al baño a darme una ducha de agua tibia. Examiné mi cuerpo en el ...