1. El secuestro de Esther


    Fecha: 16/12/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... respuesta o reacción al respecto, así que empecé a planear la idea de poseerla por la forma difícil. Un día de tantos, prepare y planee todo. Nuestros padres salían de viaje por varios días, y Esther y yo nos quedaríamos solos en casa. Ahí estaba la oportunidad. Era una mañana y como siempre, Esther se levantó para preparar un desayuno. Vestía su clásica playera color rosa claro y abajo de ella, un cachetero que se le metía fácilmente por la abertura de su colita, dejando al descubierto sus pompis claras y suaves. Me levanté atrás de ella, sin que me escuchara, para poder verla en todo su esplendor. Mientras buscaba algo en el refrigerador, me acerque despacio con el pretexto de asustarla con una broma; quería primero agotar los recursos "permisibles". Buuuu!!!!! Le hice, acercándome tanto a ella como para sentir su olor y a la vez darle una nalgada. Gritó con una vocecita pequeña y sexy y mirándome un poco extrañada por la nalgada que le había dado. Oye no te pases eh!!!!! Dijo. Recuerda que soy tu hermana!!!!!! Oh perdón. Dije. "Pendeja zorrita" pensé "bien que te dejas agarrar el culo por otros" Me miró fingiendo un poco de molestia y me retiré un poco. Pero pude notar una ligera sonrisa en sus labios que rápidamente ocultó. Bueno, paso el rato. Desayunamos, platicamos, rato durante el cual no dejaba de mirar su culo y ella lo sentía porque de vez en cuando se bajaba la minúscula playera para taparse y evitar que la mirara. Procure dejar de hacerme tan notorio y actúe ...
    ... normal. Qué harás hoy Esther??? Ya sabes, lavare un poco de ropa antes de ir al colegio y tú??? No sé, quizá salga un rato. Planee fingir una salida y así dejarla sola en casa, para lo que ya estaba planeado hacer. Suspiró débilmente Ok. Sólo no tardes, sabes que no me gusta quedarme sola mucho tiempo. "Volveré antes de lo que piensas perrita" pensé. Tome mi maleta. Oye, me habló. Sólo por curiosidad -se levantó un poco la playera, volviéndose de espaldas. Crees que estoy muy nalgona??? O sea, estoy gorda??? Dijo, sonriendo. Mire absorto su culo. No, yo pienso que estás bien. (Buena) dije. Sonrió nuevamente. Ok. Pasaron dos horas. En todo ese tiempo, Esther seguía en el patio trasero, concentrada en el lavadero y en sus labores de lavado de ropa. Pero no se había dado cuenta que durante ese rato yo estaba justo atrás de la barda del patio observando sus movimientos. La veía ir y venir, agacharse, inclinarse para seguir lavando, mojarse la playera con el agua que le salpicaba y secarse el sudor por la actividad realizada. Era una mañana calurosa, y a cada rato mi hermana se secaba el sucor y se alzaba inocentemente su playera, dejando totalmente al descubierto su cachetero. Pude ver cómo se lo quitaba para lavarlo y se acomodaba una pequeña tanga de hilo color blanco con la que seguramente se sentía más fresca y que dejaba completamente descubiertas sus nalgas, misma que se transparentaba por abajo de la playera mojada y que se notaba perfectamente cómo se la "comía" por completo ...
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