Mi hermanito es mi hijito
Fecha: 21/12/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Moncho2000, Fuente: SexoSinTabues
... ello. Solo estaba mi pelvis pegada a la de ella. Sentí perfectamente sus fluidos vaginales embarrarse en mis huevos. El olor de la panocha de mamá inundó el cuarto. Era el olor del placer. Había tanta dicha en mí que no pude contenerme más y me vine dentro. Eché tanta leche que hasta me asusté pensando en que mamá se despertaría al sentir mis contracciones y tanta lefa dentro. Pero ella seguía con su semblante apacible. Yo estaba echando y echando lefa en su interior. Mis contracciones eran diferentes, no era como cuando me chaqueteaba y las descargas de semen no eran dentro de algo tan calentito, eran diferentes a aventar lefa en el aire. Entonces me di cuenta que acababa de perder la virginidad. Me dejé llevar por todo el placer que sentía y mi cuerpo reaccionó a los nuevos placeres que mi verga experimentaba. Mamá me acababa de hacer todo un hombre. Sentir por primera vez sus paredes vaginales en lugar de mi mano, su humedad, su calor. Todo era tan diferente, tan sublime que a partir de ese día solo deseaba su panocha. Aunque ya había vaciado toda mi leche en su interior, seguía perdido mirando su sereno rostro y escuchando su profunda respiración. Pasé mucho rato mirándola. Sus chichis me invitaban también a mirarlas y a darles de vez en cuando un beso. Entonces noté cómo se me volvía a poner dura la verga pero, esta vez dentro de mamá. Era una experiencia que no podía ni imaginarme, sentir cómo inflaba las paredes vaginales de mamá con mi verga dentro. El olor que ...
... salía de aquella panocha era el perfume de mi vida, de mi ser, el de una hembra que disfrutaba de una buena verga. Cuando la tuve otra vez bien dura y siempre dentro de ella, noté cómo mi carne y la suya se volvían a fundir. Comencé a bombearla otra vez, siempre con calma dejando finalmente pegada mi pelvis a la suya para dejar la verga bien adentro y así, volver a sentir también sus fluidos en los huevos. Esta vez las sensaciones fueron haciéndose más claras en mi cuerpo que, realmente estaba aprendiendo a sentir. Me estaba cojiendo a mamá y en ese momento lo disfrutaba más. No pude aguantar y me volví a venir. Las contracciones eran tan gruesas ahora que hasta el cuerpo de mamá se movía en cada contracción. Noté también que en mi pelvis había contracciones. Volví a llenarla de leche, tanta que era imposible imaginar que pudiese guardar tanta lefa en los huevos, pero, así fue. Nuevamente mamá me volvió a desvirgar regalándome nuevas sensaciones. Dejé la verga bien dentro para soltar hasta la última gota de semen. Cuando la saqué me di cuenta que las sábanas estaban bien empapadas de semen y de la panocha de mamá emanaba también abundante semen. Realmente me asusté. No sabía qué hacer. Lo único que se me ocurrió fue volverle a ponerle los calzones y fui al salón a buscar a papá y meterlo en la cama con mamá. Él seguía bien pedo y con algo de trabajo lo puse al lado de mamá y le bajé la truza. Me fui a mi recamara con mucho miedo, no sabía qué iba a pasar pero al mismo tiempo ...