El principio del fin 2 (como empecé a cometer errores)
Fecha: 28/12/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Avariciasex, Fuente: CuentoRelatos
... Lidia era de mi agrado. En esos momentos pensé más con mi polla que con mi cabeza y decidí ir con ella, aunque una voz en mi interior me decía que esta situación ya no era muy normal.
El lunes por la mañana hablé con el jefe y le dije que tenía que marchar un par de días, le prometí que el jueves estaría de vuelta. No me los dio de buena gana, pero acepto. A las dos de la tarde salí hacia el aeropuerto, llevaba poco equipaje y muchas ganas de pasarlo bien.
Al llegar a la terminal, me encontré un poco perdido hasta que la vi. Al acercarme a ella me moría por besarla, y cuando estuve lo bastante cerca para besarla lo intenté, pero ella me quitó la cara, y con un tono enfadado dijo…
.- No lo vuelvas a hacer. Si quiero besarte, ya te besaré yo. ¡Sígueme!
Se giró y se marchó. Yo no pude decir nada, pero la seguí hasta la puerta de embarque. Subimos al avión y despegamos. Íbamos en primera clase, con todos los lujos posibles, además el vuelo duraría como 4 horas por lo que me propuse pedirle explicaciones de lo ocurrido en la terminal. Cuando me decidí a hablar con ella, me puso la mano detrás de mi cuello y me beso profunda pero suavemente. Me introdujo su lengua en mi boca y jugó con la mía al mismo tiempo que me acariciaba. Cuando se separó me dijo…
.- Si vienes conmigo haz lo que te diga y cuando te lo diga, sino te mando de vuelta a casa. ¿Entendido?
Mientras me hablaba me había bajado la bragueta y había metido la su mano dentro de mis pantalones. Yo ...
... solo pude asentir con la cabeza y disfrutar de cómo acariciaba mi miembro, que para entonces ya tenía una erección descomunal. Lidia volvió a hablar y dijo…
.- Habrá que aliviar esta erección.
Levanto la cabeza, miró delante y detrás, se dio cuenta que en ese vuelo no había mucha gente en primera clase, me miró y me besó. Al mismo tiempo sus manos sacaban mi pene de los pantalones, se inclinó hacia él, y suavemente fue besándolo, acariciándolo y metiéndoselo en la boca para hacerme la felación más atrevida y excitante que jamás me habían hecho. Yo solo podía mirar como todo su cuerpo se balanceaba para introducirse en la boca todo mi miembro. Eso hizo que llegara al clímax otra vez más rápido de lo que a mí me hubiera gustado, aunque si os digo la verdad, no me importo mucho, ya que fue uno de los mejores de mí vida.
Cuando acabó Lidia se levantó se retoco un poco el maquillaje y le pidió a la azafata un poco de champán.
Ya en el hotel y después de una ducha rápida, bajé al comedor para encontrarme con ella. Al sentarnos en la mesa, me di cuenta que me sobraban cinco tenedores, dos cuchillos, cuatro o cinco cucharas y unas pocas copas. Yo era un tipo más del montón, nunca había comido en un restaurante con tanto lujo, por lo que me daba miedo hacer el ridículo. Cuando llego Lidia, se lo comente y ella le quitó importancia, me dijo que no me preocupara que también a ella le sobraban la mitad de cubiertos. Eso me tranquilizó un poco y pude disfrutar de una gran ...