50.2 Lista de amigos
Fecha: 07/01/2021,
Categorías:
Incesto
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... de que te folle? -volvió a repetir con su boca pegada a la mía. No podía hablar y asentí con la cabeza, en el movimiento chocaron nuestras frentes.
Aflojó la presión de sus rodillas y pude respirar, sus piernas parecían de acero sujetándome con ellas como si se tratara de un cepo, fue relajando el apriete de sus manos y sentí la sangre discurrir por mis venas hasta mis dedos.
-Ahora te vas a quitar la ropa y luego me desnudarás a mí. –su mirada resultaba terriblemente autoritaria y dura, y su voz sonaba a imperiosa orden imposible de rebatir, y en lugar de replicar, cuando se quitó de encima de mí y se tendió sobre la cama, comencé a retirar mi camisa y pantalón hasta quedar completamente desnudo.
Mi pene estaba totalmente empalmado hasta sentir dolor en él. Retiré sus pantalones con el slip, y vi sus calcetines grises que deslicé de sus pies, él estaba impaciente y fue quitando los botones de su camisa, la abrió y admiré sus abdominales que subían y bajaban al respirar agitado.
Levantó un pie y supe lo que quería, lo cogí en mis manos y lo acaricié para lamerle luego el empeine y lo fui chupando cada dedo. Cuando elevaba la mirada vería su verga vibrante y erguida, iba a ir directamente a por ella, pero levantó el otro pie y repetía mis lamidas y chupadas en él. No me molestaba para nada, me encantaba su ligero olor a sudor y el tacto de su piel, pero necesitaba más y mi pene sufría.
Se conformó y pude llegar lamiendo sus piernas hasta más arriba, mi cara se ...
... hundió en los pelos de su escroto y olí con intensidad el perfume mareante de su hombría.
Lamí el arrugado pellejo de la bolsa que contenía sus testículos, y la mordí haciendo fuerza, sus cojones se movían y retrajo un poco el cuerpo temeroso de mis dientes.
Levanté la cabeza para mirarle a los ojos, sonreí divertido, de verdad tenía miedo de que los pudiera morder y lo reflejaba en su mirada. Los besé y acaricié con mi amorosa lengua, le escuchaba suspirar, y los dejé para llegar a un alimento más sustancioso.
Del moreno pellejo de su prepucio salía y se deslizaba un hilo de precum que resbalaba a lo largo de su tallo, pasé mi lengua por él y me zampé el dulce manjar, metí su glande sin descapullar en mi boca y con mi lengua fui apartando el pellejo para dejar libre su capullo.
Chupé con ganas y desesperación apretando mis labios para darle placer, hice saliva para envolverle el glande en ella y grito de gusto.
-Mama, sí, que bien lo haces, mámala nene, chupa vicioso. –la sujete con la mano y empecé a pasar mi lengua por su tallo, desde los pelos de su pubis hasta la punta ahora descubierta de su rojo y brillante glande.
De repente me sujetó por los hombros y me tiró a su costado, se colocó de rodillas y me abrió las piernas colocándose entre ellas.
-Ahora sí que te voy a follar mariconcito. –me besó en la boca cortando cualquier protesta que se me ocurriera hacer.
Me sentía dilatado por el deseo que tenía de ser penetrado y poseído, había preparado mi ...