1. El señor del bastón


    Fecha: 23/10/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... es más me dijo que solo llevaba el bastón como por costumbre, que no lo necesitaba para nada, era verdad, sin el se movía con igual facilidad.
    
    Seguimos charlando un rato hasta que en un momento determinado y así como así, tomando mis manos entre las suyas me dijo con una sonrisa en sus labios:
    
    Te veo hermosa, me gustaría hacer el amor contigo.
    
    No sabía que responder ante tan repentina pregunta, lo pensé un instante, una milesima de segundo nada mas, sin mover mis labios asentí con la cabeza, debía haberlo imaginado, todo juego tiene un fin, ahora tenía que saber como terminarlo, su sonrisa se le iluminó aún mas, me apretó un poco mas fuerte mis manos, pagó la consumisión y salimos hacia su departamento, vivía solo dos cuadras, subimos y entramos en el.
    
    Muy pocas veces había visto un departamento adornado y amueblado con tan buen gusto, era muy hermoso, todo muy bien ordenado, además se lo notaba muy amplio y confortable, apenas cerró la puerta me tomó de los hombros, me hizo girar hacia el e inclinándose algo comenzó a besarme, introdujo toda su lengua dentro de mi boca, me recorrió toda con ella, por supuesto respondí de igual manera, muy pocas veces me han besado tan tiernamente pero con tanta pasión.
    
    Sus manos se deslizaron por mi espalda, muy lentamente, llegaron hasta mis nalgas, se cerraron sobre ellas, me apretaban, no me producía dolor, me atrajeron hacia él, en ese momento comenzé a sentir entre mis piernas, sobre mi vagina el bulto de su verga, no ...
    ... sabía si era verdad o llevaba puesta un prótesis, era algo que parecía inmenso, nunca había sentido semejante tamaño apoyarse sobre mí.
    
    Comenzé a desperender sus pantalones, que cayeron al piso en un instante, el boxer color negro que llevaba puesto no podía contener su verga, el bulto que esta provocaba era inmenso, lentamente le fui bajando su calzoncillo, la verga que apareció era descomunal, calculo que mediría unos 20 cms y su grosor era tal que con una sola mano casi no la podía rodear, recién para agarrarla toda tuve que usar ambas manos, no era algo duro como se le pone a un tipo de 20 años pero si tenía una firmeza que creo nada usual para un hombre de su edad.
    
    Me arrodille y metí su cabezota roja en mi boca, tuve que hacer un esfuerzo para que entrase, tenía la boca abierta como cuando voy al dentista, y asi y todo casi no conseguía que entrase mas, el empujó un poco, casi me asfixio, su poronga entró hasta mi garganta, no podía respirar, pero aún asi no quise dejar de tragármela, noté que esto lo enloquecía, jadeaba de una manera continua, su pija se endureció un poco mas, entonces me hizo levantar, terminó de sacarse su ropa y yo hice lo mismo, todas nuestras prendas quedaron en el piso, suavemente me llevó hasta un sillon del living, se recostó en el y me ofreció nuevamente su verga, me arrodillé y comenzé a mamarsela de nuevo, que verga hermosa, nunca había tendio semejante cosa a mi disposición, cuando el notó que iba a acabar, se levanto y me hizo poner en ...