El señor del bastón
Fecha: 23/10/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... en forma frenética, comenzó a llenarme toda con su semen, lo sentía dentro de mí, muy caliente, me quemaba todo mi orto, tal era su abundancia que no lo podía contener todo, sentía que se resbalaba por entre mis piernas, mi vagina se lubricaba con el, así siguió bombenado hasta acabar todos sus jugos, cuando no tuvo mas y estando ya completamente relajado dejó caer todo su peso sobre mí, me aplastó contra el sofá, comenzó a besarme la espalda, llegó hasta mi nuca, me mordío el cuello, era algo maravilloso el placer que esto me producía.
Aún así segui con mi mano en la vagina, lentamente comenzé a acariciar mi clitoris, asi empezé a tener un nuevo orgasmo, el lo comprendió por mis jadeos, me ayudó con sus besos y caricias, estallé nuevamente, no podía creer, a pesar del ardor que aún tenía con su pija dentro de mi culo, el orgasmo que tuve fue interminable, hermoso, todo mi cuerpo se retorcíca, gritaba como una loca, no se cuanto duró pero para mí fue una eternidad.
Luego el se salió dentro de mi, que alivio tan grande, no tenerla mas dentro de mí, pero la verdad fue una lástima, lentamente me dí vuelta y quedé de espaldas sobre el sillón, no podía creer lo que veía, por mis piernas chorreaba un liquido espeso y caliente, era su semen mezclado con sangre, casi podría decir que mas sangre que semen, era evidente que mi culo se había roto de una manera increíble, en ese momento me dí cuenta del ardor que ...
... tenía en orto.
Entonces Fernando se levantó, fue hasta el baño y regreso con una crema, comenzó a lamer toda mi vagina y mi culo, se fue chupando todo, mientras lo hacía con sus manos jugaba con mis pechos, me los acariciaba, apretaba con la punta de sus dedos mi pezones, cuando hubo limpiado todos los jugos comenzó a aplicar crema en mi culo y mi vagina, como por arte de magia todo el ardor que tenía en el orto desapareció, recién en ese momento comenzé a sonreir y a disfrutar realmente.
Su enorme verga no estaba totalmente flácida, comenze a acariciárcela, abrí mis piernas, ofreciéndo toda mi argolla para que me penetrase, pero el conocedor de sus propias fuerzas me dijo muy calidamente: Me encanta lo que me ofreces, pero no puedo satisfacerte más, hoy no, dejémoslo para otro día…
Así fue que me levanté y con bastante dificultad fui a darme una ducha, me cambié y me despedí de Fernando, cuando salí a la calle no podía caminar, me ardía todo, mi orto era un fuego, bajé al subte y cuando me ofrecieron un asiento me negué a aceptarlo, no me podía sentar, es mas por varios dias cuando me sentaba sentía ardor, pero ese ardor era hermoso, solo me hacía recordar la enorme verga que había tenido dentro de mi culo.
Un tiempo después volví a encontrarme con Fernando, "El Señor del Bastón", esta vez si metió toda su verga en mi vagina, pero esta experiencia se las contaré mas adelante.
Hasta pronto.
Carolina