1. La colegiala que deseaba chingarse a su profesor


    Fecha: 14/01/2021, Categorías: Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    ... sus antiguos novios, uno maduro.Pero algo de su razonamiento, como asesor de índoles sexuales, aún imperaba, y esto condujo al Profesor a ir con calma. Él no era un niñato que se quería comer el helado de un solo bocado, él sabía saborearlo.Fue así que, antes de meterse en ella como cualquier hombre, el Profe le recorrió el pequeño cuerpo con una serie de deliciosas caricias y chupetones, desde los dedos gordos de los pies hasta los lóbulos de las orejas.Luego, ya encendida la carne, la experta lengua exploró la raja femenina de su “antes” alumna y provocó en ella las más gozosas sensaciones. La rugosa lengua exploró con sabiduría y experiencia, sabiendo de antemano lo que provocaría.Jenny suspiraba y gemía según lo que iba sintiendo. Nadie antes se había preocupado por darle esa delicia de placeres orales. Sus novios se ocupaban más de llenarle los agujeros, en vez de satisfacerla como prioridad. Fue por ello que su agradecimiento con el Profe era intenso. Por propia mano se despachó y le hizo a éste un intenso felatio; aunque en su vocabulario dicha palabra no figuraba.Más tarde, maestro y alumna estaban listos para fundirse el uno en la otra.Ella lo esperaba, anhelante, bien abierta de piernas dispuesta a recibirlo. Pero, por supuesto, el Profesor se colocó un profiláctico en su miembro, antes de introducirlo en el núbil cuerpo de su alumna. Si bien estaba afiebrado por la calentura sexual, aún guardaba cierta responsabilidad; digo, iba a cometer una acción ya de por sí ...
    ... comprometida, así que no la agravaría más aún.Fue así como aquella carne en tubo entró en el canal vaginal que lo esperaba anhelante. Ingresó embalada en látex.«¡¿...puta, y ahora?!», se dijo la chamaca, mientras el otro ya la comenzaba a bombear.Jenny no esperaba que el Profe fuera tan previsor. Creía que se le iba a ir al natural. Así, con látex de por medio, no podría achacarle lo del embarazo.Como fuera, maestro y alumna disfrutaron aquel desfogue de pasión. El Profesor era contundente en cada metida y sabía hacia dónde dirigir sus ataques.—¿Así te gusta o estoy siendo muy rudo?Jenny se sorprendió del interés del Profesor.—Así, así.... bhuaaahhh —sólo halló en responder, pues en verdad le estaba sacando las mejores sensaciones a su intimidad de mujer.Y es que el juego de pelvis que el maestro exponía era toda una delicia para la jovencilla. Aquél movía su falo como explorando la carnosa cuevita que lo alojaba, y en cada metida dejaba huella.Poco después, ágilmente, el Profe rodó e hizo rodar a la vez a su compañera de juego, para que él quedara abajo y ella arriba.—¡Ay cabrón! —gritó, sin poder contenerse, la sorprendida jovencilla.Tales movimientos no los esperaba del Profe de orientación de su colegio, definitivamente. Jenny lo cabalgo, sin empacho. Hembra y hombre, de edades y educaciones diferentes, por vez primera se entendían perfectamente en el lenguaje que los seres vivos comprenden por natura: el sexo.Pese a que aquél le llevaba ventaja en estudios y preparación, ...