1. Ya soy el puto del equipo (V)


    Fecha: 23/01/2021, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... está muy entrenado y lo folló con sus dedos de tal modo que Gunnar comenzó a gritar salvajemente, mientras yo notaba palpitar su polla y sus venas:
    
    — Macho, córrete, córrete ya, Aaaagggh, aaaagggh, aaaagggh, — decía esto sin parar, expulsando su esperma, hasta que se inclinó sobre mi espalda dando besos a mi cuello. Entonces también me vine yo con fuertes trallazos de semen.
    
    Entonces le susurré al oído:
    
    — Has disfrutado, ¿eh maricón?
    
    — Te has comportado como una buena puta, muchacho, —me contestó.
    
    Poco a poco y bajada su calentura Gunnar fue sacando su polla. Los tres estábamos sudando y nos metimos en el jacuzzi. Al final pasamos a la ducha donde los dos me ayudaron a lavar mi culo que seguía tan abierto que mi pulgar entraba sin rozar. Gunnar con un trapo limpió los restos de semen, sobre todo míos que había en el suelo. Nos vestimos y, saliendo del vestuario, Gunnar nos invitó a subir en su coche, pero decliné porque me dolía el culo y quería caminar para ayudar a rebajar la dilatación. Lo entendió y dijo:
    
    — Ponte bien, el sábado ganaremos, ganaréis vosotros, ganaremos todos y a vosotros dos os invito a cenar en un sitio muy especial… ¿os gusta la comida de ...
    ... diseño?
    
    — ¡¡Muuuuucho!!, — dije yo.
    
    — Como te has portado hoy en el campo y en el jacuzzi, hazlo el sábado y seremos campeones…, sé que lo harás.
    
    — OK, — dijimos los dos.
    
    Abelardo se quedó conmigo en mi casa. Estábamos felices, pero me convertí para Abelardo en su héroe sexual. Esa noche no follamos, pero nos masturbamos mutuamente algunas veces, mientras Abelardo elogiaba mi proeza con la polla de Gunnar. De vez en cuando, Abelardo me fue girando para ver mi culo y me iba comunicando como volvía al sitio. Más que sentir dolor, era una especie de escozor que parecía como que me faltaba algo en mi culo. En la mañana, en la ducha metí mi pulgar buen mojado con saliva, costó entrar, pero una vez dentro sentí mucho alivio. Abelardo me puso una crema que vio en el baño para suavizar antes y después de las penetraciones. Sentí alivio y le pregunté de donde la había sacado. Me dijo que estaba en el baño y entonces pensé y le dije a Abelardo:
    
    — La ha dejado mi taita para cuando follemos.
    
    — Esa mujer es una verdadera joya, —dijo Abelardo.
    
    Bajamos a desayunar sin prisa, porque las clases de jueves eran por la tarde. Me acompañó a pasear para aliviar mi culo y comimos en casa con mi taita. 
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