1. Cómplice circunstancial (Ella también tiene sus secretos)


    Fecha: 24/10/2017, Categorías: Incesto Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    ... pero abandonarlo no. Decirle que dejara a su madre tampoco. Pues ni modo, tendríamos que aguantarnos. Era todo un show el que tenían mi tía y sus tres amantes. Los 4 completamente desnudos. Ella al parecer estaba satisfecha con la variedad de vergas que tenía su disposición. Una que bien sobrepasaba los 22 cm, cabezona y deforme, con una curvatura extraña hacia un lado, la otra más chica. Quizá 15 cm, gruesa como como bote de alimento de bebe Gerber y la del último tipo, larga como ejote, delgada, quizá unos 18 cm, blanca como la piel del dueño. Una a una las había saboreado todas, como catadora en busca de cuál es la mejor. Acto seguido se había montado en la más gruesa, como si con ello quisiera preparar el camino para cuando recibiera las otras, con cada mano masturbaba las otras 2. Por un momento dude y me negué a creer que tía Fátima sería capaz de soportar vergas tan grandes. Parecía tan frágil, chocho que apenas sobresalía entre sus piernas. 150 o menos de estatura. Ver ese trozo de carne entrando y saliendo a sus entrañas causaba morbo. Nuestro primo Felix nomas miraba, apenas y había dicho palabra alguna. Tan distraído estaba que no se percató cuando mi hermanita saco mi verga por la bragueta de mis pantalones y había comenzado a masturbarme. Fue hasta que ella se agachó y empezó a lamer mi pito cuando nos miro aún más sorprendido de lo que estaba. Dificial era saber lo que pensaba. Al fondo su mamá tragando polla por dos agujeros, frente a el, su prima de tan solo ...
    ... 11 chupando el pene de su propio hermano. Quizá hubiese salido corriendo, pero la mano de Beatriz tocándole y diciéndole que se sacara su pito pudo más. Sácate la verguita– le había dicho – y casi sin darle tiempo ella misma le desabrocho los pantalones dejando al descubierto ese pene aún virgen, de unos 12 cm de largo. Lo tenía parado, goteando líquidos, estaba excitado nuestro primo. Y más aún con aquella prima que sin preguntar había empezado a juguetear con su pijita. Felix parecía desconcertado, aún así no podía negar que Beatriz le estaba dando sensaciones que quizás nunca había sentido. Había cerrado sus ojos y a casa chupada de mi hermana suspiraba como si le faltara el aire. Leves gemidos se le escapaban de la boca. No tan fuertes como los que emitía su mamá, quien ahora se había ensartado la vergota del gigante ex policía. Lo cabalgaba. El se había tirado de espaldas al suelo y ella se había subido a jinetear aquella polla deforme, prácticamente brincaba y volvía a engullir aquellos 20 y tantos centímetros. Los compañeros del gigante se pajeaban frente a ella mientras le gritaban toda clase de palabras obsceno. Al parecer ella estaba a punto de acabar, sus caderas se movían de tal manera que por un segundo me imaginé que era yo quien la penetraba, que era yo el quién estaba a punto de acabar en esa pequeña panochita golosa. La escena me había excitado, mi verga estaba al full, Beatriz quizá adivinando lo que estaba imaginando había acelerado la paja que me daba. Su ...