1. Diario de un Prisionero VI: no todo es color de rosa...


    Fecha: 30/01/2021, Categorías: Gays Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos

    Diario de un Prisionero VI: no todo es color de rosa…
    
    A San José, 28 de septiembre
    
    Mi tierno Andrés,
    
    Anoche hicimos el amor por primera vez desde el secuestro y fue maravilloso, pero todavía mejor fue despertar y verte dormido con esa tremenda sonrisa en la cara, te habría besado, pero no quería borrar esa sonrisa, no todavía. Así que me levanté y preparé el desayuno, vamos, desempaqué los sándwiches que nos preparó la nana jajaja tampoco es que tuviera mucho qué hacer, como no llevamos enseres de cocina, no había café, pero lo sustituí con Coca-Cola y recé porque te gustara la sorpresa, porque lo único que tenía de bonito el desayuno era el mesero, pero hice lo que pude.
    
    Así que coloqué todo en una bandeja y la dejé al pie de la cama, entonces sí que te desperté con un beso (aunque se borrara la sonrisa, porque sabía que volvería con pronto) y cuando te quisiste levantar, me senté sobre ti, pude sentir tu pene, duro como la roca, acariciar mis nalgas, pero no le presté atención, sino que me incliné (está bien, fue incómodo, pero así no te levantabas), recogí la bandeja y te la puse en el abdomen… me encantó cómo se erizó tu piel con el frío de la bandeja contra tu piel desnuda, pero más me gustó tu sonrisa. Comiste con buen apetito, tanto que si no me como mi sándwich en dos bocados, me dejas sin desayuno, pero vi que mirabas hacia todo lado, como si algo faltara, pero no, de hecho el desayuno es lo último que teníamos planeado comer allí, así que no había más ...
    ... comida, entonces te pregunté que qué buscabas y me dijiste que siempre desayunabas con un vaso de leche tibia y que no lo veías.
    
    Intentaste hacer un puchero, pero no te salió, tu mirada fue demasiado pícara como para no entender lo que querías, así que la bandeja volvió al piso y me acosté sobre ti y te dejé beber de mis labios, que nuestras lenguas dijeran lo que sentíamos en su danza particular, mientras tu mano investigaba el estado de mi pene que estaba más que dispuesto a tu requerimiento, pronto giramos en la cama y me besaste el cuello, las tetillas que ya estaban como piedras de sólo pensar lo que me ibas a hacer, me besaste el ombligo, con lo que el pre-seminal empezó a brotar como una fuente por mi verga, así que acudiste presuroso a limpiarlo… luego te zampaste mi polla de una y me hiciste una mamada como pocas, no sólo por amor, que también, sino por el maravilloso placer que sentía, además, un dedito tuyo se puso a curiosear por la entrada de mi culito y mi placer fue todavía mayor, literalmente, estallé de amor y tú te lo bebiste todo, ni una gota se derramó de mi semen, luego me besaste y yo te recosté y besé tu hermoso cuerpo, desde la oreja hasta el ombligo y luego bajé a tu amiguito, al que esta vez sí presté atención, pero no fue sólo una mamada lo que le di, lo metí a mi boca para lubricarlo, pero no era mi intención que permaneciera allí, todavía recuerdo tu carita triste cuando me separé de él, pero cuando viste que lo que hacía era remplazar mi boca ...
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