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MI MACHO JOVEN Y MI MACHO VIEJO
Fecha: 02/02/2021, Categorías: Gays Autor: dulcehombre, Fuente: SexoSinTabues
... adultos del pueblo entendí que ese tipo era con quien había protagonizado mis secretos y oscuros encuentros y la razón por la que se había escondido y la causa de su desaparición definitiva. Pero ahora nuestros tocamientos era solo un juego entre chicos y nadie parecía salir beneficiado porque era un todos contra todos y aunque lo dirigía uno mas grande, que aunque flaco, nervudo, atlético y algo mas alto que nosotros, en el fondo no era tan distinto. Pasamos de acostarnos boca arriba para que a su turno otro nos haga la paja a montarnos sin ropas para sentir a pleno las caricias de la verga. Por entonces yo tenía piernas redondas. Gordas y casi lampiñas, un culo gordito y redondo y era de tez blanca y pelo rubio. No dudo que mi culo era el preferido de todos para ser montado. El juego era excitante y agradable. Por largo tiempo la repetimos en cada encuentro. Cuando llegó el invierno y el tiempo de regresar a la escuela. Los cuatro amigos dejamos de vernos a diario. Ellos concurrían al turno mañana y yo al de tarde. Alberto, nuestro maestro del verano a toda paja y montadas ingenuas era estudiante de un secundario nocturno que fuera pensado y organizado para que concurran quienes además de estudiar necesitaban trabajar. Pero él por entonces era el único desocupado de su casa y quedaba solo durante toda la mañana. Me invitó a visitarlo y lo hice casi a diario. En esa intimidad segura y sin testigos lo dejé montarme. Fui sumiso y fácil. Me gustaba agarrársela y sacudirla pero ...
... mas me gustaba arrodillarme sin ropas para que me recorra el culo y puntee el hoyo con la verga dura. Confiado y sin miedo aceptaba las controladas, medidas, sensatas embestidas. La saliva ayudar la apertura de las primeras empujadas. Fue suave y no me forzaba por lo que lejos de resistirme lo dejaba hacer y disfrutaba. Aunque así actuaba por prudencia era como si supiera como hacerlo desde siempre. Después me contó que se controlaba porque el forzamiento también a él le hacía doler la verga. Avanzo poco a poco un día tras otro pero en el que hizo pasar la puerta todo el ancho de la cabeza y penetrarme unos centímetros del primer tramo sentí que un golpe filoso me partía el culo. Dí un brinco y casi grito. Me tranquilizó y comenzó la cadencia del vaivén que al principio toleré bufando y luego soporté algo aturdido. Lo dejé hacer hasta sentir que no deseaba seguir teniéndolo adentro. Me moví pidiéndole me la saque y nos desenchufamos. A los pocos días ya gozaba de tener todo el caño adentro. De a poco las cogidas fueron agradables para ambos pero mejoraron muchísimo desde que descubrió que un hermano guardaba un ungüento preparado en la farmacia con vaselina en pasta y otros productos humectantes para combatir una reacción alergia en las manos que le provocaba un químico que manipulaba en su trabajo. La empecé a recibir untada en mi agujero antes de cada cogida. Ya no solo podía envararme entero sino que se movía y me embestía hasta llenarme el culo de leche. Me enculaba dos y ...