1. MI MACHO JOVEN Y MI MACHO VIEJO


    Fecha: 02/02/2021, Categorías: Gays Autor: dulcehombre, Fuente: SexoSinTabues

    ... hasta tres veces por semana. Lo visitaba con el fin de cambiar historietas, conversar de fútbol y otras cuestiones sin importancia propias de la edad hasta el momento en que me proponía pasar a su dormitorio. Me cogió de arrodillado, acostado, parado y hasta sentado arriba de él. Era una putita exclusiva y perfecta que conocía la causa de cada uno de sus jadeos, el olor de su aliento, las razones de sus movimientos y como acompañarlos con mi movimiento de culo hasta enloquecerlo, pero no lo resistía ni contradecía. Me limitaba a la sumisión. Durante casi un año y medio recibí verga y lechazos en toda la cantidad que quiso plantarme. Fue a mediados de la primavera del año siguiente. Ya era un consagrado putito secreto del amigo que me desvirgó pero también me gustaba encontrarme a solas con mi erotismo que comencé a traducir en pajas privadas con la imaginación a vuelo libre. No estuvieron ausentes las vergas de mis amigos de juegos, ni la del anónimo y fugaz iniciador en mi primera agarrada, ni la de los hombres desnudos que espiaba en los baños o cuando se cambiaban en las duchas del balneario municipal, como tampoco lo estuvieron las tetas, las piernas y el culo de la tía de uno de mis amigos a la que espiábamos cuando se bañaba en la precaria ducha de la casa donde vivían ambos. Ella gozaba dejando que nosotros dos la espiemos y, como todos los demás sabíamos, menos nuestro amigo y su madre, dejándose coger por su cuñado, pero esto será motivo de otra historia. Mi región ...
    ... de reserva para la vida privada quedaba bajo los árboles y ligustros que por ambos lados rodeaban el cerco divisorio entre la finca de mi familia (una quinta en las que se producía todo tipo de verduras y se criaban pollos y conejos) con la del vecino dedicada a la producción de olivos y nueces. Con la excusa de cazar jilgueros, ponía las trampas colgando del alambrado y bajo los árboles. La realidad era que en esos lugares podía aislarme escondido entre la vegetación y en la soledad encontraba la libertad para sacudirme la verga en una, dos y hasta tres pajas, ninguna con mas líquido que el transparente de siempre que apenas se comenzaba a blanquear. Fue en esa faena que me encontró el encargado de la quinta vecina cuando una mañana pasaba controlando la integridad del cerco. Llegó por detrás y me pescó verga en mano. Cuando lo advertí la guardé de un solo movimiento pero ya no había nada que ocultar. Se sonrió y me dio conversación como si nada hubiera visto. Era un hombre grande, con retiro de un empleo público pero obligado a ayudarse en los ingresos haciendo de casero y cuidador en ese lugar. Hablamos de mis tramperos y pájaros tema que dominaba con solvencia y me invitó a probar suerte en un cañaveral vecino a la casa de la quinta donde, aseguró, había nidos de todo tipo de pájaros. Acordamos que lo haría al día siguiente a mi regreso de la escuela. A las seis de la tarde del otro día llegué con mis tramperos. Los colocamos en lugares estratégicos y nos ocultamos entre ...
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