1. La historia de Claudia (19)


    Fecha: 26/10/2017, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... por ese gesto dijo:
    
    -Laura, perdoname, por favor, perdoname... ya te expliqué por qué actuaba así...
    
    -¿Y ahora qué?... ¿Ya no tenés miedo de haber descubierto que sos lesbiana?
    
    -No... –contestó Paola mirándola fijamente. –Lo único que siento es que te deseo... ¡Te deseo desesperadamente, Lau!... –y la cachorra vio dos lágrimas deslizándose por las mejillas de su presa. Entonces, ya segura de su triunfo, dijo:
    
    -¿Ah, sí? ¿y qué estarías dispuesta a hacer para tenerme?
    
    -¡Cualquier cosa, Lau! ¡cualquier cosa, de verdad! –contestó Paola casi gritando mientras intentaba otra vez vanamente tomar las manos de la cachorra entre las suyas.
    
    -Bueno, mirá –dijo Laura echándose hacia atrás en la silla. –Yo sigo caliente con vos, pero hay un problema. Soy sumisa, o, mejor dicho, soy esclava, ¿sabés de qué se trata, no? –Paola asintió con la cabeza y la cachorra siguió hablando:
    
    -Tengo Ama y ya no soy dueña de mí misma. Le pertenezco a ella, soy de su propiedad y no puedo hacer nada sin su consentimiento. La verdad es que me gustaría irme a la cama con vos ahora mismo, pero no puedo sin que mi Ama me autorice.
    
    -Laura, pero...
    
    -Le hablé de vos a mi Ama, le confesé lo que siento y me dijo que antes de permitir una relación entre nosotras quiere conocerte.
    
    En el rostro de la chica se dibujó una expresión de inquietud al intuir que estaba adentrándose en terrenos tortuosos. La cachorra la advirtió vacilante y le dijo:
    
    -¿No era que estabas dispuesta a hacer ...
    ... cualquier cosa para tenerme?
    
    -Sí, pero es que...
    
    -¿Qué?
    
    -No sé, tengo miedo, no sé...
    
    -Bueno, entonces no hay nada más de qué hablar. –dijo la esclavita e hizo un gesto llamando al camarero.
    
    -¡No, espera! –rogó Paola.
    
    -No me hagas perder tiempo. –exigió Laura y cuando el camarero se acercó le dijo que se quedarían un rato más. El hombre se alejó con expresión malhumorada y Paola, secándose las lágrimas con el dorso de una mano, dijo inclinando la cabeza:
    
    -Está bien... está bien, Lau... presentame... presentame a tu Ama...
    
    La cachorra sonrió mientras sentía que una fuerte tensión la invadía toda. Sacó una agenda de su mochila y dijo:
    
    -Dame tu teléfono. Voy a hablar con mi Ama y te llamo para decirte dónde y cuándo la verás.
    
    Una vez con el número en su poder llamó al camarero, pagó la consumición, besó a Paola en los labios y abandonó el lugar dejando a la chica estremecida por fuertes y contradictorias emociones.
    
    Inés la estaba esperando en el living y acogió con perverso entusiasmo las noticias que su esclavita le comunicó arrodillada a sus pies:
    
    -¡Muy bien, cachorra! ¡Estuviste muy bien! Mañana mismo llamala y decile que la espero aquí el sábado a las siete de la tarde. Vos ya no vas a ir a la facultad esta semana, así al no verte se vuelve más loca todavía.
    
    -Sí, Ama, lo que usted disponga.
    
    El sábado, poco antes de las 7 de la tarde, Amalia recluyó a Claudia en su habitación y a la hora convenida Paola llamaba a la puerta del departamento ...
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