1. EL DESEO DE PEDRO


    Fecha: 11/02/2021, Categorías: Voyerismo Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    ... prótesis como yo. Sandra era la chica más dulce y cariñosa que jamás hubiera imaginado conocer, sus palabras, sus gestos, sus caricias, ella era mi mitad, mi esencia, mi complemento. Me encantaban sus detalles, siempre perfectamente vestida, sus largas uñas esculpidas, sus rostro maquillado, sus ojos delineados, sus aros de generosas dimensiones, su embriagador perfume, sus infaltables tacos altos de más de quince centímetros, era hecha a mi medida, una geminiana perfeccionista hasta el hartazgo. Solo había un obstáculo, la edad, ella recién pasaba los veinte, le llevaba quince años, y sabía que en algún momento eso se volvería en nuestra contra, pero por ahora, solo me importaba vivir el momento. Convencerla no fue fácil, cuando se lo propuse lo hice con mucho miedo, con recelo, esperando la peor de las respuestas, pero no, sinceramente me descolocó cuando con su pícara sonrisa me contestó desafiante: - Y por qué no? Eran cosas de nuestras diferencias generacionales, para ella todo parecía ser más natural, no tenía tantos prejuicios grabados en su cabecita. Igual, desde esa propuesta hasta la concreción pasó poco más de un año, debí dejar que ellos se conocieran, que se escribieran, que se hablaran, necesitaba que todo se sincronice como la maquinaria de un reloj, que ella fuera permeable a él y que él pudiera traspasar su alma. Al fin las cosas se dieron, claro, tuvimos que sentarnos a discutir algunos detalles, a pesar de ser Pedro quien había propuesto el encuentro, él ...
    ... tuvo que aceptar algunos detalles de nuestra parte, somos el sexo débil, y sabemos sacar provecho de eso. Nosotras debíamos estar cómodas, caso contrario no se vería natural y no queríamos regalarle un encuentro pornográfico, para eso él podría haber pagado a dos prostitutas, pero esto era diferente, él quería vernos hacer el amor. San y yo trazamos un plan, queríamos regalarle el mejor espectáculo, y para eso todo debía ser perfecto, y más con una mujer como yo, perfeccionista el extremo. Aprovechando mi profesión, por cierto, hago modelajes de trajes de baño sumamente pequeños y eróticos, había seleccionado unas prendas y hacía ya un mes que San y yo nos veníamos bronceando al sol, siempre me gustó como se ven los cuerpos femeninos bronceados y como quedan delineadas en blanco las marcas que dejan las diminutas prendas. Para esa tarde incluso había teñido nuevamente mis cabellos a rubio y me había puesto mis lentes de contacto color verdes, me pareció que para Pedro sería más atractivo el contraste de una morocha con una rubia. Habíamos depilado nuestros sexos mutuamente, incluso hicimos el amor, pero esa es otra historia San estaba hermosa, y reconozco que se veía muy puta, con ese diminuto traje de baño en animal print, sus pechos parecían explotar y escaparse en cualquier momento, la tela se veía desbordada, siempre sobre sus altos tacos. Por mi parte, había elegido un conjunto blanco que hacía resaltar mi piel bronceada. Pedro llegó puntual, al atardecer, cuando el sol de ...
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