Sábado de violación - Relatos Eróticos

Sábado de violación

... pueden llegar a esas condiciones en la calle. Minutos después llegamos a nuestro destino. Le di 2 cachetadas con fuerza a nuestra victima pero respondió entre sueños. Entre unas cuantas maniobras pudimos llevarlo a la cama donde tampoco hizo movimiento alguno, sino es por la respiración diríamos que estaba muerto. Le quitamos la camisa que ya estaba arrugada. Mi verga no pudo más que mantenerse dura cuando esos pectorales ya desnudos se veían bien formados, las ganas de morderle aquellos pechos adornados con unas tetillas paradas fueron el comienzo de lo que seria una noche gloriosa. Mis dientes quedaron marcados más de una vez en esos pectorales. Tenía una leve barriga que le daba cierto encanto por alguna razón me hicieron faltas que los ojos de ese macho me vieran mientras me comía todo su cuerpo. Procedimos a quitarle el ajustado pantalón y bóxers, encontramos su cartera con sus documentos, se llamaba Carlos ¡que casualidad! Y tenía unos 200bs en efectivo, unas cuantas tarjetas y una foto de una chica con las piernas abiertas mostrando su virginidad. Su celular era un Samsung donde había bastante contenido de chicas siendo destrozadas prácticamente, mucho sado, un video de minuto y medio de él cogiéndose brutalmente a lo que seria una universitaria que gritaba “así no por favor mas suave ¡para! ¡para! AHHHH”, otro video de diosa canales demostrando su virginidad y otros videos para nada suaves. Lo que me pareció raro fue que no tenia fotos de familia alguna aunque a la ...

... vez me aliviaba y le quitaba un poco de morbo a la situación. Muchas fotos de chicas desnudas con las que se había acostado supongo esto lo deduje por la calidad de la fotografía. En el buzón de entrada había mensajes del trabajo y de una Claudia con la que había terminado ayer y la llamo “puta frígida”, si, a mi también me dio risa. Carlos tenía un olor fuerte lo cual me gustaba, la sensación de que me iba a coger a un macho me la ponía dura y Pablo no paso desapercibido esto. Con Carlos en la cama ya de espalda, Pablo y yo nos desnudamos completamente y nos pusimos a contemplar aquella espalda torneada y aquel culo en donde se marcaba la falta de sol haciendo más prominente aquel culo, que fue victima de unos cuantos azotes de mi parte que retumbaban en toda la habitación. Nuestro beisbolista reacciono por unos breves segundos aunque luego siguió durmiendo de nuevo, así que por nuestra seguridad decidimos amarrarle las manos. Pablo ya estaba supercaliente, viendo esa barbita de unos dos o tres días y aquellos labios carnosos, agarro su verga de 20 cm aunque flaca y empezó a frotar en los labios de Carlos todo el liquido pre-seminal que emanaba de su verga. Era excitante ver como al separar su verga de aquellos labios quedaba guindando el hilillo transparente. Mientras tanto yo me encargaba de abrir sus nalgas y saborear todo aquel sudor y olor proveniente de aquellas dos tremendas montañas medio peludas. Pablo seguía con su juego pero esta vez se encarga de convertir aquella ...