1. El Día que fui Sumisa


    Fecha: 27/10/2017, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    El Día que me quede Sumisa
    
    Hola, soy Ariana (aunque ese no es mi verdadero nombre), y quisiera contarles sobre lo que me pasó alguna vez. Soy una mujer casada, tengo una hija, y mi esposo. Siempre he sido una mujer muy sociable y hogareña, de casa.
    
    A mis 40 años, sigo luciendo un cuerpo envidiable (sé que no como antes, pero mantengo mí encanto a pesar de los años), tengo el cabello lacio, de color castaño oscuro (casi parecido al color negro), lo llevo hasta un poco más por debajo de la altura de los hombros, a veces suelto y a veces sujeto en forma de cola; mi piel era blanca, pero con el pasar de los años, fue adquiriendo un bronceado sobre ella; no soy muy alta, mido 1.60 m. Llevo muchos años casada (me case muy joven). Vivo en una de las zonas más cuantiosas de Lima, Perú.
    
    Como les contaba al inicio, siempre he sido una mujer muy sociable, me gusta salir con las amigas, ir de compras, ir a comer, ir al cine, salir a algún lugar, viajar, trabajaba cuando se podía, y comencé a ir al gym, para mantener la línea y conservar la figura, siempre he sabido mantener mi físico en forma, incluso después que me casé.
    
    Al comenzar a ir al gym, ya desde hace algunos 7 años atrás, hice muchos amigos y amigas (creo que hasta hoy), y en especial de un chico (al que llamaré Omar, aunque su nombre real no sea ese), que es más o menos de ocho a nueve años menor que yo, él también asistía al gym, no era muy atlético ni descuidado, se puede decir que se veía como un hombre normal, ...
    ... era soltero, lo conocí hace unos 4 años atrás más o menos a finales de ese año, y desde allí, no sé porque, desde que nos conocimos, comenzamos a tener más confianza de lo habitual.
    
    Ya al año siguiente, las veces que coincidíamos en el gym con Omar, y al conversar con él, no me sentía normal, me sentía un poco nerviosa, como una chiquilla; no era habitual en mí y más siendo casada. Entre mí pensaba: ¡es idea mía o que,... que me pasa,... porque me siento así con Omar! Creí que era superficial lo que me pasaba, lo de ponerme nerviosa con Omar, supuse que se me pasaría y estaría bien nuevamente.
    
    Con el pasar del tiempo, y cada vez que iba al gym, siempre pensaba en Omar, “no lo podía creer”, no sé cómo se metió en mis pensamientos, me sentía un poco culpable por estar pensando en un hombre que no era mi esposo, no sé a qué se debía que estaba así, y al llegar el fin de semana para ir al gym, esperaba con el pensamiento, al menos ver a Omar allí en el gym. No le conté a nadie lo que me estaba pasando con respecto a Omar, ni a mis amigas, creía que era pasajero y pasaría; pero no fue así, yo no dejaba de pensar en él, estaba intranquila, no estaba bien como siempre.
    
    En casa, yo vivía bien con mi marido y mi hija, no teníamos dificultades desde que nos casamos, hasta que en casa comenzó a cambiar algo, más o menor a partir de marzo de ese año, actualmente unos 3 años atrás más o menos.
    
    Mi marido (al que llamaré Yordy, aunque ese no sea su nombre), comenzó a engordar, ...
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