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Una tarde calurosa de ayo en el metro
Fecha: 28/10/2017, Categorías: Incesto Autor: TheWatcher, Fuente: CuentoRelatos
Nunca olvidaré esa tarde calurosa, un viernes ... Regresaba de mi trabajo, el reloj marcaba las cinco de la tarde aproximadamente. La gente venía sofocada por el intenso calor... Podía ver los rostros desencajados, sudorosos y con la Mirada perdida al infinito cual zombis y la gran mayoría dormida. se podía ver por todo el vagón, Gente apretujada, sudando a mares y en forma escandalosa por el mar de gente, el aire acondicionado era insuficiente ahí en esos vagones. No había espacio para moverse. Yo venía pegado a la puerta del vagón y delante de mi tenía muchas personas que me tenían contra la puerta sin poderme mover siquiera y con la espalda empapada por el excesivo sudor mi camisa ya estaba arrugada... Venía absorto en mis pensamientos y el metro venía atascado como siempre. Hacía mucho calor de por sí y el metro sin ventilación suficiente hacia que uno sudara más, todo un baño sauna capitalino. Venía Checa si mi celular y marcaba los 35 grados, pero podría jurar que estábamos a 40 auténtico bochorno. Venía recargado en la puerta hasta atrás, aún me faltaban como 6 estaciones. Cuando bajé la mirada del lado del asiento reservado a mujeres/ minusválidos/ ancianos etc. lo único que podía ver es un par de hermosos pies en unas zapatillas de tiritas negros (mi fetiche son los pies de mujer) Unos hermosos pies morenos llamaron mi atención. ¿Quién era la dueña de tan hermosos pies me preguntaba?? No traía las uñas pintadas como a mí me gustaban, pero aun ...
... así se veían hermosos al natural. Un señor obeso que estaba a mi lado me tapaba a la dueña de esos pies Veía de reojo para ver mejor y vi que traía unos pantalones negros zancudos de abajo pero no alcanzaba a ver más. Hasta qué esta persona se bajó en la siguiente estación y yo en aproximé para poder ver mejor a esa mujer. No pude verle el rostro ya que iba recargada con la cabeza ladeada hacia abajo, venía dormida con su brazo recargado en su barbilla y aún no podía ver su cara y me os por su largo pelo negro. Pero mientras tanto yo me deleitaba como hipnotizado por sus bellos pies, alcancé a ver sus senos ya que su blusa se había abierto un poco, dejaba ver un hermoso par de senos de piel tostada. Podía ver que sus piernas eran torneadas y se veía de buenas curvas. Valla que delicia esa morena era todo un manjar. Decidí acercarme más para ver esos senos que se meneaban al vaivén del tren en movimiento, en el pantalón se me hacía un bulto y me acerque para echar un vistazo más descarados. (me entro el remordimiento) por que seguro esta mujer c no andaba en busca de sexo o una aventura. Regresaba cansada como todos en el vagón y venía dormida por lo mismo. Así qué me sentí una especie de pervertido. Traía una blusa blanca que dejaba ver unas hermosas tetas que podía ser hasta el encaje de su brasier debajo de la finísima y delgada blusa que era tapada por un saco negro. No sé si fueron mis miradas insistentes las que la despertaron o qué, pero se despertó y ...