Enseñandola a quererse
Fecha: 04/03/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... central de su glande, por la que salía una pequeña gotita de líquido preseminal.
Muy bien mi niña. – joder, que excitante le parecía a Julio tratarla como a una niña – ahora mi vida, quiero que te la metas en la boca despacito.
Nuria seguía cada paso con sumo cuidado. Abrió su boca y se la introdujo muy despacio deslizando sus labios por todo el largo de su polla. Sus labios temblaban de excitación mientras la polla de su sobrino se hundía en su cara. Julio contemplaba la escena con una excitación creciente, no recordaba nunca haber estado tan ansioso. El morbo de la escena le dio una idea.
Nuria, quiero que te toques como te enseñé el otro día, pero no saques mi polla de tu boca. – Nuria se llevó la mano a su entrepierna – eso es mi niña, métete dos deditos en la vagina…. eso es, dime cariño ¿estás mojada? – como respuesta, su boca se resbaló arriba y abajo a lo largo de su polla – eso me gusta. Quiero que muevas así tu boca arriba y abajo.
Nuria empezó con un movimiento ascendente-descendente mientras que la mano que le quedaba libre se deslizaba por el interior de su vagina. La saliva se le empezaba a acumular en la boca, así que intentó tragar mientras resbalaba arriba y abajo por la polla de su sobrino, que emitió un quejido de placer, señal de que el nuevo movimiento de succión que había comenzado le gustaba.
ahh! Qué rápido aprendes!! Sigue así, como si fuera un biberón.
Dos de los dedos de la mano izquierda de Nuria (el corazón y el índice) se ...
... introducían rítmicamente en su vagina, que no cesaba de lubricar, estaba muy excitada.
cariño, ahora quiero que cojas un dedito y te lo insertes en el ano. – Nuria detuvo un momento su mamada (aunque sin sacarse la polla de la boca), eso no se lo esperaba – vamos, mi niña, sé buena y hazme caso, y no pares con la boca.
Ante la insistencia de Julio no pudo negarse. ¡Como negarle algo a él, que le estaba descubriendo que su sexo tenía vida! Se sacó los dedos del coño, pegajosos por los fluidos que ella segregaba, y los restregó en su ano con el fin de lubricarlo. Para su penetración se decidió por el dedo índice, que era más corto: lo puso a la entrada de su ano y ejerció una leve presión, con lo cual el esfínter cedió y su dedo se fue perdiendo en su interior. Al contrario de lo que ella pensaba, no le costó ningún trabajo introducirlo, pasó resbalando y produciéndole un placer distinto al que sentía por vía vaginal. Le gustó. Lo movió en su interior reconociendo sus tripas por dentro. Le gustó. Describió con él un círculo lo más amplio que pudo. Le gustó. Empezó a meterlo y sacarlo rítmicamente. Le gustó. Le gustó tanto que le desilusionó que él le pidiera que lo sacara.
Muy bien preciosa, ahora quiero que saques de ahí ese dedito y te empieces a frotar el clítoris. Quiero que te corras, que yo ya estoy a puntito.
Puso sus dos dedos sobre su botón mágico y empezó a frotar. Se le hacía difícil llevar el ritmo con la mano izquierda, ya que con la derecha tenía agarrada la ...