Un romance extraño (2)
Fecha: 07/03/2021,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... cabrón, hijo de siete padres, desgraciado!... ¡Haberte “follado” a mi mujer!...
Y sin más, sin pensarlo, sin meditarlo, el Paco se lanzó contra el “Celes”; como toro bravo recién salido del chiquero, del toril, ciego, sin orden ni concierto, en tromba; pero sucedía que el “Celes” estaba “avisado”, le esperaba, con lo que de sorpresa no le cogió, sino que fue él, Celestino, quien sorprendió a Paco, parándole en seco de un mandoble en “to’l morro”, que le dejó tambaleando, y de qué forma. Pero “la sangre al río no llegó”, pues allí quedó, paró, todo, gracias a la más que inesperada aparición del bueno de D. Obdulio, gritando casi frenético desde la ventanilla de detrás de un taxi, con medio cuerpo, como quien dice, fuera del vehículo; un taxi que, precisamente, no era de Barcelona, sino de Madrid
—¡¡¡Señor Martínez, señor Martínez!!!... Menos mal que, al fin le encuentro… Quédese ahí, no se mueva, que tengo que decirle algo muy, pero que muy importante…
Como fácil será suponerlo, eso, tal aparición tan inesperada, detuvo en seco la pelea entre ambos hombres ya más que en ciernes, pues todo el mundo allí presente, vamos, el “Celes”, el Paco y la Raquel, quedaron en suspenso, tomados de la más genuina de las sorpresas. Al fin, el bueno de D. Obdulio estuvo a su lado, tras apearse del coche, aunque más preciso sería decir que se lanzó de él, casi antes de que el vehículo acabara de frenar.
—Lo siento, señor Martínez; lo siento muchísimo. Cosas del personal de uno, la ...
... mecanógrafa, la secretaria, que no da una a derechas
—¡Qué me dice usted de mecanógrafas y secretarias, si usted no tiene un duro nunca; si tiene trampas como “pa” cazar elefantes!... Ande y déjese de cuentos; y vaya al grano… A ver; ¿qué pasa ahora?... Y, ándese con ojo, que el horno está para muy, pero que muy poquitos bollos…
—Bueno, vale; sí; yo he sido el culpable… Yo el que metió la pata… Pero no se preocupe, señor Martínez, que yo se lo solucionaré en un periquete
—Pero… ¿De qué diantres habla?... Mire, “D. Trapisondas”, hable claro o le arreo ya mismo un “sopapo” que le pongo la cara del revés…
—No, si la “cara del revés” me la pondrá de todas formas… Pero usted cálmese, señor Martínez, que todo tiene arreglo…
—Mire “D. Marrullerías”, que le sacudo, ¿he?... Por mi santa madre, que en gloria esté, que le saco los mocos de la nariz en fila india y marcando el paso…
Aquí, hacer notar que, para esas alturas, el “Celes” ciego ya de tanta dilación de “D. Picapleitos”, lo tenía agarrado de las solapas de la chaqueta, con los pies pataleando en el aire y a un paso de recibir la mayor ensalada de “fostias” que jamás las crónicas de las “Fostias Magnas” registraran…
—Pues…pues… Pues que…que…que, ME EQUIVOQUÉ; sí, me equivoqué al rellenar los documentos de la boda…y…y…
—¡Y qué, que!
—Pues que…que… Bueno, de una vez, para que ya me parta la cara bien partida, pero de una vez… Que donde debí poner el nombre de D. Paco, aquí presente, supongo, puse el de ...