1. Un romance extraño (2)


    Fecha: 07/03/2021, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... más bien parezco… Ya verá; le gustará…
    
    —¡Pues a mí me parece usted muy guapo!
    
    —¡Qué va, qué va!... Dónde va a compararse… Ni hablar… El Paco es mucho más atractivo que yo; se lo digo yo, Raquel
    
    —Es que… Tampoco él me conoce a mí… ¿Y si, luego, no le gusto?
    
    —¡Pero, quién piensa!... Si, es usted guapísima; pero guapísima de verdad… Y tan simpática, tan buena… Tan…tan… Bueno, tan todo, qué narices… Que qué suerte tuvo el Paco al dar con usted, que es una joya; sí. Una joya; una mujer de las que ya quedan pocas… Sí; desde luego, el Paco es un tío con suerte
    
    Llegaron ya a las puertas de la iglesia, al pórtico; allí pararon, como si no acabaran de decidirse a entrar. Entonces, volvió Raquel a hablarle al Celestino, mirándole fijamente, a la cara, abiertamente, y con un punto de ansiedad en sus ojos, en su voz
    
    —¡No tiene usted nada que decirme, Celestino?
    
    Él, bajó los ojos, apartándolos de ella, casi mirando hacia otro lado para responderle
    
    —Le diría tantas, pero tantas cosas… Pero, creo que ya es tarde… Esto de ser feliz en esta vida, ceo que, más bien, depende de llegar a tiempo a los sitios… Y yo… Y yo…siempre “pierdo el tren”
    
    —Pero, Celestino; y si… Si esta vez, el tren saliera con retraso… Si esta vez, en el último segundo, usted lograra cogerlo…subirse a él… Aunque fuera en el tope
    
    —Pues que no puede ser Raquel; de verdad, que me gustaría… Daría algo grande porque así pudieran ser las cosas… Pero no; no es posible. Verá, yo…yo… me tengo por ...
    ... persona horada; no valgo nada, ya lo sé, pero quiero ser un hombre honrado y cabal… Y el Paco es amigo mío… Muy, muy amigo mío… Y… ¡Y vámonos para adentro o no respondo!...
    
    Entraron en la iglesia, ya lista, con el cura, revestido, al pie del presbiterio, esperándoles, junto a los dos monagos y el órgano tocando la famosa Marcha Nupcial de Méndelssohn, colocándose ellos ante el altar, Celestino y Raquel en el centro, la lola a la izquierda del “novio”, D. Obdulio a la derecha de la novia; transcurrió la misa, con Raquel mirando repetidamente a Celestino mientras éste apenas si osaba quitar la vista del suelo, donde la tenía, en la práctica, fija, llegando, por fin, el crítico momento del famoso “Sí quiero”, que ambos dos dieron sin rechistar, sin la menor vacilación, tras de lo cual llegó el siguiente momento álgido del evento, la firma de ambos, con los padrinos de la boda, en el Registro Civil, con lo que el matrimonio recién celebrado, canónicamente, claro, quedaba legalizado ante el Estado español; vamos, que con tales firmas quedaba también constituido el matrimonio civil. (1) Sólo que dos cosas pasaron entre tanto, bien distintas la una de la otra, y fue una, las insistentes miradas que D. Obdulio dirigió, durante toda la ceremonia en el templo, a la desposada Raquel, lo que hizo que ésta, asiduamente, se echara más y más, sobre la cara, el ala del sombrero, tratando de hurtar el rostro lo más posible, a la curiosidad del buen señor; la otra, de la que ni cuenta se dio ...
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