Un romance extraño (2)
Fecha: 07/03/2021,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... otra sino Raquel, pues bien que se fijó, cuando aquél chulo la agarró de la muñeca, en esa pulsera plateada, que no de plata, que la chica lucía, llamándole la atención por su forma, como una serpiente enroscada, digamos, a la muñeca, pulsera que al firmar ella en el Registro él había reparado en ella. Pero hete aquí, que Celestino creía conocer ya bien a la muchacha, de modo que, a pesar de todos los pesares, a pesar de cuanto pudiera parecer, él estaba seguro de que la chica era de buena ley; que, de verdad, quería salir de esa vida, a la que sabría Dios qué desgracias la llevarían, y que sería una gran esposa para el hombre que con ella se casara… Quien tal suerte tuviera.
Pero ya el mal estaba hecho, con Raquel llorando a lágrima viva en brazos de su tía, bajo un ataque de nervios de los de órdago a todas, sollozando a todo sollozar, diciendo que sus esperanzas de salir de esa vida que aborrecía más que odiaba eran vanas, que allá donde fuera su pasado iría con ella, irremediablemente, para romperle toda iniciativa, toda acción que hiciera por salir de ello; era algo así como la “verbi gratia” de una canción del Sabina: “Que al tren del desconsuelo, si subes, ya no es fácil bajar”.
De todas formas, el “Celes”, trataba por todos los medios de consolarla, diciéndole que eso era una tontería; que el D. Obdulio de los perendengues de Satanás, desde luego era un bocazas que ya podía haberse callado la boca, y que, casi seguro, que ese día no acaba sin que él le ...
... arrancara uno a uno todas las piezas dentales de la boca a guantazo limpio, pero que tampoco pasaba nada con que dijera lo que dijo, pues no reveló secreto a nadie, ya que él, para cuando el dichoso gestor abrió esa bocaza que debió mantener cerrada, estaba ya al corriente de todo, por esa singular pulsera que llevaba puesta, y que, a pesar de lo que pareciera, de lo que fuera, para él, Celestino, ella era la mejor mujer del mundo, la mejor esposa que hombre alguno podía tener, y que el Paco era, sin la menor duda, un hombre tremendamente afortunado por tenerla a ella; y que en verdad, le envidiaba por tal suerte, por haber sabido conquistarla, convencerla para que fuera su esposa y mujer, pues, con gusto, él, Celestino, se hubiera casado con ella de no estar de por medio la amistad que le unía al Paco.
Pero, que, si quieres arroz, Catalina, pues Raquel seguía echa una Virgen Dolorosa; Dolorosa y Lacrimosa, pues de llorar no había quien la sacara. No pocas veces, las homéricas cogorzas acaban por ser lloronas para el beodo, pero que las llantinas acaben en una “tajada” de padre y muy señor mío, no es tan normal, pero eso es, justamente, lo que pasó con la “probecilla” Raquel que, puesta a ahogar las penas en alcohol, se agarró una botella de champán recién descorchada y, sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo, tranquilamente, y a gollete limpio, se la fue metiendo, a solanas, entre pecho y espalda, que era un verdadero primor. Total, que en no tanto tiempo, la buena de Raquel ...