1. Un romance extraño (2)


    Fecha: 07/03/2021, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... nadie, fue que, primero cuando lo del “Sí quiero”, al referirse a Celestino con lo de “quiere usted a Dª Raquel Tal y Tal, aquí presente, por su esposa y mujer, etc. etc. etc., le nombró por su nombre y apellidos, D. Celestino Rodríguez y López por su mamá, pero es que, cuando luego estampó su firma en el Registro, lo hizo, también, bajo su nombre propio seguido de sus dos apellidos… Vamos, una nadería como otra cualquiera
    
    Acabose, al fin, todo el rollo, papeleo y tal, en la iglesia, y la reducida concurrencia, los cuatro de la iglesia y tal, pasaron al impepinable banquete de bodas, que, más bien, transcurrió que el velorio a un muerto resulta más divertido, por la cara de vinagre del novio y la de circunstancias de la novia y la madrina, que había que verlos a todos, con la foto del novio oficial, el Paco, en el centro de la mesa, entre el Celestino y la Raquel, separados un trecho el uno de la otra, dejando entrambos el sitio para que la foto del Paco campeara, bien a la vista, entre los dos, y el oportuno de D. Obdulio, venga a lo suyo, ser menos oportuno que juerga flamenca en cementerio, con lo que no paraba de decirle a la novia que le era conocida; que no recordaba de qué, pero que, estaba seguro de conocerla, pues su perfil no se le despistaba, y ella, que de nada podía conocerla, a no ser de haberla visto donde trabajaba, dándole como razón de ello unos más que conocidos grandes almacenes españoles, El Corte Inglés. Por fin llegó la tarta de bodas, de un solo ...
    ... piso, a lo que el bueno de D. Obdulio dijo que para qué más, si eran ellos cuatro solos; se levantó para hacer los honores, partiéndola, y al resaltar que allí estaban, el novio y la novia, con el Celestino, como apoderado del novio, entre la pareja, detalle este muy “oportuno” también, como propio de D. Obdulio, al que el “apoderado” respondió con cajas destempladas por lo que el “padrino” de la boda se quejó diciendo
    
    —Hombre, pues tampoco es para ponerse así, que me recuerda usted al tipo ese del “puticlub” tan… ¡Anda!... ¡Ya decía yo que la conocía a usted, Raquel!... ¡Ya lo decía yo!... ¡Dios, Dios, Dios, pobre Paquito y en la que!…
    
    D. Obdulio no pudo seguir, porque Celestino le agarró por las solapas, que casi le levanta en vilo, mientras le decía
    
    —¡Quiere usted callarse, cotilla de mierda! Que estoy viendo que de Madrid no me voy sin partirle la cara a alguien, y usted, de momento, lleva todas las papeletas; a Dª Raquel, ¿entiende?, ¡¡¡DOÑA RAQUEL!!!, usted la conoce del Corte Inglés, donde trabaja junto a su tía, DOÑA LOLA… ¿Entendido?
    
    —¡Sí, sí; pues claro que lo entiendo!... Como para no entenderlo está usted… Nada, nada… Del Corte Inglés las conozco a las dos; ahora que lo recuerdo bien, de cuando fui a comprarme unos calcetines la mar de monos ellos. Sí señor, de eso las conozco
    
    Y es que, también el bueno del Celestino se había dado cuenta de que, la chica que en principio se acercó a atenderles en el bar de alterne que entraron aquella noche, no erra ...
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