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¡Tan caliente y excitado!
Fecha: 31/03/2021, Categorías: Gays Autor: Pedrope, Fuente: SexoSinTabues
... madre y procuro estar con él aprovechando el tiempo al máximo. Ahora tiene 16 años pero sé que, en un par de años, ya no querrá pasar los fines de semana conmigo y querrá estar con sus amigos, o con su novia. ¡Qué le voy a hacer! Es la vida. Y si esto sucede, confieso que le voy a extrañar mucho. Ahora, notando como el agua caía sobre mi cabeza, y mientras imaginaba si aquella camisa tan ceñida que me regaló mi última amante, aquella ridícula camisa a cuadros de chillones colorines, me amariconaría un poco o me haría lucir mejor de lo que yo pensaba, asumí que mi calentura no había terminado. ¡Y es que aquella mujer no se me iba de la cabeza! Pensé en hacerme un pajote rápido, como cuando era un crío, bajo la ducha. Tal vez ese alivio instantáneo ahuyentaría a aquel pérfido fantasma en forma de hembra. ¡Qué diablos! Sin dudarlo ni un segundo empecé a sobarme, a agarrármela, y procuré no hacer mucho ruido para que Alberto no se enterara de lo que yo estaba haciendo. De pronto, cuando me quedaban escasos minutos para acabar, se abrió puerta y entró mi hijo atropelladamente. Le noté cara de preocupación, el rostro circunspecto y serio. Apresuradamente agarré una toalla, me la sujeté a la cintura e intenté darle la espalda al menos hasta que se bajara mi erección. Sólo atiné a fijarme que vestía uno de esos horrendos vaqueros de cintura caída que dejaban a la vista su ropa interior, combinados con una vieja camiseta amarilla. -¿Qué ocurre hijo? -le pregunté al fin. -¡Mira, no ...
... me pasa nada! -afirmó. Luego permaneció en silencio durante algunos segundos, y finalmente cuando pareció reunir cierto coraje, continuó hablando. -Verás papá -dijo- creo que tengo un problemilla en la polla. Yo me sentí aliviado. Me había temido algo muy malo. Que me hablara de una chica, a la que para bien o para mal, hubiera embarazado. ¡Menuda responsabilidad! A pesar de que a mi hijo nadie, ni siquiera su madre, le conocía ninguna novia, ésa era una posibilidad muy real que cualquier padre o madre ha debido de considerar más de una vez en la vida. -Bueno cuéntame -le animé- ¡Estamos entre hombres! -A ver -comenzó- Es que me daba vergüenza contárselo a mamá. Y se me ocurrió que era mejor decírtelo a ti. -¿No irás a decirme que eres gay, verdad? -bromeé. Esta es, por cierto, otra consideración sobre sus hijos a la que, en ocasiones, muchos padres también se deben enfrentar. Absurdamente fui conscicente de que a estas alturas, mi erección parecía estar controlada a causa de la seriedad que había tomado la conversación. Alberto soltó una risita que a mí me sonó un poco histérica. -Mira papá -continuó mi hijo- Lo que me pasa es que. Bueno, que cuando estoy empalmado no descapullo del todo. Tengo que echar para atrás ese poco de piel que cubre la cabeza de mi. Bueno, ya sabes. Tras meditarlo unos segundos, rotundamente afirmó: -!Creo que tengo algo de fimbrosis! Yo pasé por alto el error de pronunciación y fui directamente al grano. -¿Y te duele cuando está dura? Se encogió de ...