1. ¡Tan caliente y excitado!


    Fecha: 31/03/2021, Categorías: Gays Autor: Pedrope, Fuente: SexoSinTabues

    ... cancha de pádel. Noté cierta humedad en la punta de mi verga, ya sabéis: líquido pre-seminal. Bajo ningún concepto podía dejar que mi hijo me viera así, ni permitir que las cosas llegaran más lejos, pese a que en el fondo la situación me estaba dando mucho morbo. Iba a agacharme para recoger la toalla y poner fin a todo aquello, cuando noté que mi hijo sopesaba mi miembro. Parecía acariciarlo, para luego frotarlo, y sacudirlo, bajando y subiendo la poca piel del prepucio, masturbándome descaradamente. Alelado por el cambio que dio la situación, se me escapó un gemido de placer. Un instante después, él se la metió en su boca, y simplemente, engulló mi glande y lo que salía por mi agujero, chupándolo, como quien chuparía una piruleta. A continuación se tragó el resto de mi rabo, engullendo todo lo que dio de sí su garganta. Yo no podía salir de mi parálisis, completamente alucinado. Finalmente y para mi sorpresa, se me doblaron las piernas. Ni supe ni pude contenerme y, señores, de pronto me sobrevino el orgasmo: tan caliente y excitado estaba que un torrente de semen escapó por mi orificio cuando inevitablemente me corrí, con la mano de mi hijo todavía asiéndome la polla. Su expresión alucinada, ...
    ... embelesada, absorta en mis potentes lefazos, no impidió que nuevos gemidos escaparan de mi garganta mientras me corría. Un par de trallazos de mi leche impactaron en su camiseta amarilla, pero lo más asombroso siguió siendo la actitud de mi chaval, el cual aún se hallaba arrodillado frente a mí, contemplándome con unos ojos abiertos como platos que parecían pedirme más, mucha más leche. Tras el último trallazo de mi simiente resbalando por el tronco aún duro de mi verga, mi hijo sólo atinó a decir: -¡Joder papá, cómo te has corrido! Ya veo que no tienes problemas con tu polla. Luego se enderezó, me dio la espalda y abandonó el cuarto de baño. Yo me quedé solo, intentando asimilar lo que acaba de suceder. La primera vez que un hombre me agarraba la polla fue aquella. Y ese hombre era mi propio hijo. Y mi propio hijo acababa de hacerme un pajote de miedo ¿Dónde quedaba mi heterosexualidad a prueba de bombas? ¿Era yo maricón sin yo saberlo durante todos estos años? ¿Incestuoso y gay? Tuve que sentarme sobre la taza del sanitario porque las piernas no me sostenían. Y sin remedio, mi polla volvía a estar tiesa, anhelando que mi hijo reapareciera por el umbral de la puerta. Fin. Autor: Watchingyou y Carlos R. 
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