Prima con regla, culo dispuesto
Fecha: 06/04/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos
... tratamiento llegaría pronto al final.
Con precisión de cirujano, dejó de lamer, apretó la base del pene, frenando el atisbo de eyaculación, no quería perderse tan pronto la energía del macho, la necesita íntegra en su “colectora”. Frenó justo a tiempo, lamidas y masajes conservan la óptima erección.
Se puso de pie, abrazo contenedor, el beso preludio de concretar la promesa, gira apoyándose sobre la mesa de la cocina, los brazos y pechos sobre el mármol, sacando la colita hacia atrás, invita a ser tomada; arrastré el short y la bombacha en un movimiento, las piernas lucen esbeltas y las nalgas exultantes desafían ser tomadas con todos los honores.
Las caricias anticipan la codicia de los besos, abriendo los cantos muestran el sexo con depilación a cero, el hilo del tampón emerge entre los labios vaginales, el ano redondo como una “O” fruncido ante el misterio por descubrir cómo será recibir el grosor de mi verga. La voluntad pasional de ofréceme esta alternativa no obvia el pedido de ser cuidadoso, que se lo unte con crema que había traído.
Entendía el código del sexo anal, bien tendida sobre la mesa, abrió los cantos, giró para observar en mis ojos el brillo de la codicia por poseerla.
- Con cuidado, la tienes gruesa, debe doler, con cuidado.
Sostenía las cachas, suave encremé los bordes del anillo anal, suave para calmar la expectativa, beso en la nalga y el índice lleva la crema al borde interior, entrando y saliendo, luego con el mayor abren el espacio, ...
... entrando y saliendo, girando en distintas posiciones, haciendo lugar para la verga que sacudo en mi mano derecha. Transcurrido esos interminables momentos de la previa, reemplazo los dedos por el atrevido ariete que pongo a presionar sobre el anillo, siento la tensión muscular, el acto reflejos de fruncirlo. Empujo, despacio, caricia y susurros para calmar la inquietud del instante previo a ser atravesada por mi carne.
- Shhhhh, tranqui bebé, voy a ser suave, me gustas mucho…
Tomada de la cadera me impulso, empujo, la cabeza atravesó la carne, se adentra despacio, la crema propicia deslizarse forzando la estrechez anal. Jadea, reprime los gemidos para que pueda entrar todo de una vez. A tope, todo dentro, le doy tiempo para recuperarse, moverme despacio, entrando y saliendo al máximo, penetrando intenso pero cuidadoso.
Mi cuerpo cubriendo su espalda, los pechos contenidos en mis manos, la pelvis bien apretada, los testículos balanceándose hasta tocar la vulva. No cesa de jadear, los gemidos van tomando más intensidad, la excitación la conmueve y contagia la pasión, ser dueño de su ano joven y casi sin uso llena el ego de cualquier macho maduro.
Asido de los hombros es tiempo de hacerle sentir el rigor de la potencia del macho que está haciéndose dueño de su culito; penetrada en profundidad y contundencia, empujando y apretando sus hombros bombeo moviéndome con vehemencia. Contagio la efervescencia de la calentura, se deja llevar en el entusiasmo de su hombre, los ...