1. Una esclava inesperada - Reencuentro fugaz III


    Fecha: 08/04/2021, Categorías: Hetero Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... roto. En ése momento, Elena sacó su celular, tecleó algo y al minuto siguiente el mío vibró por un mensaje que decía: “TE EXTRAÑO, PERDONA QUE NO NOS HAYAMOS VISTO, ME SURGIÓ ALGO. ESPERO PODAMOS HABLAR MAÑANA.” Estupefacto, levante la mirada y el tipo le tomó la mano… y la besó…
    
    Ella guardó su celular y le sonrió, mientras que su hermana se distraía leyendo un libro. No sé cuál era mi cara en esos momentos, pero supongo que Ga lo notó, porque fue ella quien rompió el silencio.
    
    —¿Estás celoso? – me pregunto con un dejo de suficiencia.
    
    —¿Por qué la pregunta? – respondí preguntando – Creí que eras tú la que estabas celosa.
    
    —A ver cabroncito – espetó tomándome del hombro y volviéndome hacia ella – vamos a ser honestos aquí. ¿O.K.? Ya nos conocemos bastante…
    
    —O.k. – concedí a regañadientes y con un poco (mucho) de mal humor – Sí, estoy celoso y… mmm… raro…
    
    —¿Raro? ¿Raro en qué sentido?
    
    —Pues ella me dijo que no podía porque tenía mucha tarea, pero que mañana nos veríamos para arreglar lo nuestro…
    
    —¿Y tú qué con eso? ¿Eres un santo no? – añadió sarcásticamente
    
    —¿A qué te refieres? – inquirí mientras sentía que mi molestia aumentaba.
    
    —Pues que tú tampoco vender peras, mi rey, porque estás conmigo – repuso con sorna.
    
    —¿Y eso que tiene que ver? – respondí ofendido – Ella y yo no somos nada. Estoy en mi pleno derecho de hacer lo que me venga en gana.
    
    —Entonces ella también está en su derecho.
    
    Aquellas palabras me calaron. Más porque tenían toda ...
    ... la razón. Me molesté conmigo mismo por ser tan infantil y egoísta. Pero me sentía mal. Fuera de eso, Elena me había mentido y estuve tentado a confrontarla. Sin embargo, por alguna razón, seguí en mi posición infantil y egoísta y actué en consecuencia de dichos sentimientos. Aunque me quedé un rato en silencio y le di la razón a Ga, saqué mi celular y le mandé un texto a Elena.
    
    “Yo también te extraño… ¿Qué haciendo?” (YO)
    
    “¿Estoy algo ocupada, pero en la noche te marco vale?” (ELLA)
    
    “O.k.” (YO)
    
    Aquello no hizo sino enfurecerme un poco más. Aunque, en un sentido estricto nunca me mintió… sin embargo…
    
    —Tengo una propuesta que hacerte – me dijo Ga al cabo de un rato
    
    —Soy todo oídos – le respondí.
    
    —Mira, sé que yo no tengo por qué estar celosa, pero la verdad es que contigo es imposible no ser celosa. Tú y yo no somos nada, pero alguna vez fuiste mío y me encela que no te pongas como te pusiste ahorita con ella… Sí, estoy celosa y sabes cómo soy. Si quiero, puedo ser culera y yo decido con quien soy así y con quién no. – me confesó Ga – Y dado que esa vieja te está mintiendo, yo diría que no vale la pena, pero se ve que si la quieres…
    
    Cuando Ga terminó por contarme su jugada no pude evitar sonreír. Era una jugada infantil y tonta y causaría bastante daño, pero si ella tenía razón, vería un poco más claro en toda aquella situación.
    
    Por esas cosas de la vida, ellos entraron a la misma función que nosotros (por inverosímil que parezca, así fue). Gabriela y ...
«1234...»