Una esclava inesperada - Reencuentro fugaz III
Fecha: 08/04/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... yo accedimos a la sala cuando las luces estaban completamente apagadas. Nos colocamos arriba de ellos sin que Elena notara mi presencia en la sala. Había muy poca gente.
Tan sólo comenzar la peli, Ga se abalanzó sobre mí y comenzamos un faje descarado en la sala. Silenciosos, disfrutamos de nuestros cuerpos bajo la protección de la semioscuridad de una sala de cine. Al poco rato de besos, Ga me bajó la bragueta y sacó mi inhiesto miembro para comenzar a mamarlo de la manera en que sólo ella sabía hacerlo.
No nos importó si alguien se dio cuenta de aquello o no. Yo estaba en la gloria mientras amasaba su potente trasero. En un momento dado, observé como aquel tipo intentaba besar a Elena, pero ella se resistía de modo “amigable”; sin embargo, cedió y de repente se daban pequeños y fugaces besos. En mis narices… bueno que se le hará… ella y yo no éramos nada en ese momento…
Mientras Ga seguía en su delicioso tratamiento oral, aproveché para mandarle otro SMS a Elena:
“¿Segura que mañana quieres hablar conmigo?” (YO)
“Si, ¿por qué lo dudas?” (ELLA)
“Pues es que no se… que tal si me estas mintiendo o algo así…” (YO)
“Quiero estar contigo. Nadie me hace sentir como tú. Nadie. Quiero regresar contigo. Quiero verte y decírtelo de frente.”(ELLA)
“Yo también quiero regresar contigo… ¿Estarás libre en la noche?” (YO)
“¡Si! Pero como hasta las 9 o 10 va?” (ELLA)
“Perfecto, yo paso a tu casa como a esa hora… pero, ¿te puedo pedir un favor?” (YO)
“Lo que ...
... quieras” (ELLA)
“Suelta la mano del wey que está a tu lado y voltea para arriba” (YO)
Su cara fue lo que en estos días se denomina como “priceless”. Se quedó pasmada unos instantes mientras Ga seguía con un tratamiento oral que me estaba llevando al mismo cielo. Sin decir una palabra, Elena salió de la sala dejando consternados a su hermana y al imbécil aquel… Su hermana notó mi presencia y en cuanto se dio cuenta de lo que hacía con Ga, también salió de la sala con visible indignación.
Yo estaba por terminar y segundos después lo hice en una boca hambrienta de mi néctar. Ga sonrió y me besó, para compartir la poca corrida que quedaba. Instantes después salimos de la sala, y vi a Elena llorando en un desierto pasillo del cine con su hermana tratando de consolarla. Nos miramos los cuatro por una fracción de segundo y en ese momento, Ga me empujó contra la pared y absorbió mis labios. Con toda la parsimonia posible, Ga tomo mis manos y las colocó en sus nalgas mientras me seguía besando con urgencia. Tomo mi paquete, le dio un leve apretón, se despegó de mí y seguimos con nuestro camino sin dirigirle la mirada a Elena o a su hermana.
Sobra decir que, a pesar de sentir una profunda y culpable satisfacción, estaba excitado. Mi miembro aún no se recuperaba, pero mi mente estaba a mil por hora. Ya era casi de noche y le propuse a Ga algo que le iluminó el rostro.
Antes de llegar a nuestro destino, pasamos a comer tacos y algunas cervezas, pues ambos teníamos hambre. ...