1. Aquellas pajas


    Fecha: 09/04/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... irresistible tentación que ofrecían los pelillos del chocho que sobresalían por los lados de las bragas decidí ver aquel tesoro. Con sumo cuidado estirando un poco el elástico aparté la braga a un lado dejando el chocho al aire. Ella se movió un poco y rápido como un rayo me tumbé en la cama poniéndome la almohada sobre la cabeza y me hice el dormido. Pero no cerré los ojos porque entre la almohada y el colchón dejé un resquicio por donde ver lo que ella hacía. Después de desperezarse, se incorporó e inmediatamente descubrió la extraña posición de sus bragas. Se las colocó tapándose el coño y llegando a la evidente conclusión de que aquello no era casual me escrutó con la mirada. Algo estaba ocurriendo mientras dormía y decidió averiguarlo. Se volvió a tumbar boca arriba y ella misma volvió a apartar sus bragas a un lado dejando su coño al aire. Me incorporé lentamente y por su distinta respiración comprendí que ella fingía dormir. Decidí seguirla el juego. Me puse de nuevo a su lado de rodillas y lentamente apoyé mi mano sobre su chocho desnudo. Su cuerpo sufrió un ligero espasmo. Pero no se movió. Entonces empecé a acariciar suavemente su monte de Venus. Ella no pudo evitar cerrar los puños. Todo era evidente. Ya sin miramientos me puse a explorar por primera vez lo que tan subrepticiamente se me ofrecía. Separé los labios vaginales, los acaricié, me chupé un dedo y poco a poco se lo metí entero, sacándolo y metiéndolo una y otra vez. Después localicé el clítoris y me ...
    ... puse a frotarlo hasta que vi que encogía los dedos de los pies. Ella se iba a correr. Luego me tocó el turno a mi. Le levanté la camiseta y me puse a sobarle las tetas con una mano mientras me hacía una paja con la otra. Esta vez ya no me preocupé de no mover la cama o de que mi polla no hiciese el ruido de chasquidos propio de la masturbación.
    
    DIA 8.
    
    Nos quedamos en casa Marta y yo. Ella estaba tumbada en el sofá viendo la tele y yo sentado en un sillón leyendo un tebeo. Durante una pausa publicitaria ella se levantó para ir al baño y yo le quité el sitio tumbándome en el sofá. Cuando ella volvió, al verme se quejó: "¡Eh, que ahí estaba yo". Yo , riendo, le contesté: "Quien se fue a Sevilla perdió su silla". Ella, también sonriendo, dijo: "Ah, si... pues ahora verás". Y se sentó sobre mi estómago. Yo empujándola, le dije: "¡Quita!" y ella contestó: "No me pienso quitar hasta que te levantes de mi sitio". Pero con el empujón que le había dado, ocurrió algo inesperado. Pasó de estar sentada sobre mi estómago a estarlo directamente sobre mi paquete. Aquel fue el final de mi lucha. Le dije: "Bueno, pues no te quites. A ver quién de los dos tiene más paciencia". Para agravar la situación ella se puso a restregar el culo y a dar saltitos diciendo: "¿A que fastidia, eh?". Ocurrió lo inevitable. Mi picha creció y creció bajo la presión de su caliente trasero. Notaba mi erección embutida justo en la raja de su culo. Ella poco a poco se puso seria. Evidentemente había notado aquel ...
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