1. Aquellas pajas


    Fecha: 09/04/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cronologías.
    
    De nuevo durante la siesta con mi hermana llegué aún más lejos que el día anterior. En lugar de apartar sus bragas a un lado, tiré de ellas hacia abajo hasta quitárselas. Entonces cogiéndola por los tobillos le separé bien las piernas y acercando mi cara a su chocho me puse a besarlo y luego a lamerlo separando los labios vaginales y centrándome en el clítoris. Pero antes de que se corriera me tumbé a su lado y frotánle el clítoris con una mano yo me la meneaba con la otra. Mientras hacía esto acerqué mi boca a su oido y emití pequeños jadeos y gemidos sencillamente para provocarla, pero como si nada. Después de notar que ella se había corrido, me incorporé un poco y mientras me la meneaba la besé en la boca, cogí las bragas que le había quitado y envolviéndolas en el capullo me corrí empapándolas de lefa al tiempo que intentaba meter mi lengua entre sus labios cerrados. Después puse las bragas sobre su almohada al lado de su cara. Entonces me dormí satisfecho pensando cómo se las arreglaría ahora para fingir que no había pasado nada. Pero no se rindió. Cuando me desperté ella ya se había levantado y durante todo el día me trato como si no se hubiese dado cuenta de nada.
    
    DIA 9.
    
    Marta y mi hermana se fueron al pueblo. Mi prima me propuso ir a bañarnos a la piscina. Nos estuvimos bañando un rato y luego nos tumbamos juntos a tomar el sol. Al rato ella me preguntó: "¿Te importa si me quito el sujetador y las bragas? Es que no quiero que se me queden las ...
    ... tetas y el culo blancos". Tragando saliva le dije que no. Ella se quedó en pelota viva y se tumbó boca abajo. Ofreciéndome el bote de crema me pidió: "¿Me pones crema en la espalda?". Yo me puse de rodillas a su lado y echando un chorro de crema en su espalda me puse a extenderla con la mano. No podía dejar de mirar su culo y en las largas pasadas de mi mano sobre su espalda, llegaba con la punta de mis dedos casi hasta la rabadilla. Ella, ladeando la cabeza, me miró el paquete y dijo maliciosamente: "¿Seguro que no prefieres ir a hacerte cositas detrás del seto?". Como me quedé callado me dijo: "Ponme crema en el culo. De lo contrario, si no lo abrasa el sol, lo harán tus miradas". Así que me puse a untarle crema por el culo. Al principio solo por las nalgas y luego metiendo mis dedos por el surco entre las nalgas hasta el mismo ojete en un magreo sensacional. Ella me decía: "¡Qué!¿Te lo pasas bien?". Entonces, aprovechando que ella tenía las piernas un poco separadas, en una caricia que empezó entre sus nalgas, fui metiendo la mano entre sus piernas hasta plantar mis dedos en su chocho. Entonces ella cerró rápidamente sus piernas aprisionandome la mano y diciendo: "¡Eh, cochinote!¡Que eso no es el culo!". Entonces se puso boca arriba y sonrriéndome cogió el bote de crema y me dijo: "Gracias, ya sigo yo". Cuando se puso a untarse las tetas no aguanté más y me tiré a la piscina como un hierro al rojo.
    
    Durante la siesta al levantarle la camiseta a mi hermana cuál fue mi ...