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Aquellas pajas
Fecha: 09/04/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... sorpresa al descubrir que no se había puesto bragas. Entonces cambié de estrategia. Repetir lo mismo ya no tenía tanto morbo. Decidí calentarla de tal manera que yo controlara el punto de ebullición. Todos los dias la masturbaba hasta que notaba que encogía los dedos de los pies. Entonces paraba, dejándola siempre al borde del orgasmo. Yo me acostaba y me divertía viendo como ella esperaba unos minutos por si yo continuaba y luego fingiendo despertar se levantaba y se iba al baño. Yo entonces iba fuera a la ventana del baño a contemplar mi triunfo. Siempre la econtraba masturbándose. En una ocasión la descubrí metiéndose un calabacín, lo cual me convenció de que había perdido el himen (probablemente durante alguna masturbación similar). DIA 10. Me quedé solo con mi hermana. Estabamos viendo las noticias, cuando mi hermana dijo: - El presentador se ha equivocado, la capital de Canadá es Montreal, no Otawa. - - No se ha equivocado, es Otawa.- Dije yo. - - ¡Tú que sabrás! Estoy completamente segura de que es Montreal. - - ¿Hacemos una apuesta?- Sugerí. - - De acuerdo. Pero una apuesta de verdad. Te vas a enterar. Si yo tengo razón te corto el pelo al cero... y te bebes un vaso de aceite. - Entonces decidí jugar todas mis cartas. Cogí un papel escribí una cosa en él y se lo dí diciendo: - Si yo gano haces eso. - Ella cogió el papel y leyó en silencio mis condiciones ("Te desnudas completamente, me dejas que te unte crema por todas partes todo el tiempo que yo quiera ...
... y luego me haces una paja"). Cuando lo hubo leído me miró ofendida y me dió una bofetada. Inmutable le dije: "Bueno... si no quieres apostar...". Ella respondió enfadada: "No, no... Acepto la apuesta. Estoy convencida de que tengo razón y voy a disfrutar dejándote calvo y viéndote beber aceite". Yo le dije: "Está bien. Pero primero prométeme que si pierdes cumplirás lo acordado". Ella dijo: "Lo prometo. Hazlo tu también". Yo lo hice y fui a por un diccionario enciclopédico que había en la estantería del salón. Lo pusimos encima de la mesa y buscamos en la C. Lo encontramos: "Canada: Capital Otawa". "Has perdido" le dije. Ella se fue a la habitación y cerró la puerta dando un portazo. Cuando entré ella estaba tumbada en la cama leyendo una revista como si nunca hubiese hecho una apuesta. Le dije acusadoramente: "Prometiste cumplir tu parte". Ella me miró con cara de cabreo. Se levantó, salió de la habitación y al momento entró con un bote de crema en la mano. Lo tiró sobre la cama, se desnudó tirando la ropa contra la pared y ya completamente desnuda se tumbó en la cama boca abajo. "¡Eres un guarro! ¡Proponerle algo así a tu propia hermana!". Ella, lo que en realidad odiaba no era lo que iba a pasar, sino tener que admitir luego que había pasado. No poder fingir luego que no había pasado nada era demasiado para su orgullo. Yo disfrutaba de mi victoria. Cogí crema y me fui directo a su culo. Lo sobé con ganas. Con las dos manos. Ella volvió a decir: "¡Guarro!". Le agarraba las ...