La historia de Ángel, solo era un muchacho (11)
Fecha: 01/11/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... organización?
-Lo de Yasín te ha gustado.
-No ha estado mal, sabe lo que se hace. -no quería molestarle diciéndole que había estado exquisito y que me había encantado la tremenda y lujuriosa verga del negrito.
-Entonces te ha gustado… -esa fue su conclusión afirmando.
No escuchó mi respuesta, no era necesario decirla, ni hubo más preguntas. Me abrazó y coloqué la cabeza en su pecho hasta que el sueño me venció.
Hasta el jueves siguiente no se me calmó el escozor que sentía en el culo, Pablo continuó aplicándome la crema todas las noches pero antes me besaba el ano una y otra vez. Llegue a pensar que lo más importante de mi cuerpo para él era mi culo.
Todo lo demás de mi día a día se estaba convirtiendo en monotonía, había avanzado en mi aprendizaje para conducir, Damian me dejaba que fuera solo conduciendo el coche por los caminos del parque.
Ana María anunció que la comida que preparaba para su familia y de la que Pablo me había hablado, se convertiría en una fiesta con más público, pero todos ellos de la familia o amigos muy próximos.
Quería hacerla antes de que la piscina exterior se cerrara así como el pabellón de verano. Había hablado con los del mantenimiento y vendrían para podar los árboles y dejarlo todo dispuesto para pasar los meses fríos.
En todo el tiempo que llevaba en aquella casa, más de un mes, no había visto que alguien utilizara esa piscina, salvo ella para tomar el sol, y además ya comenzaba a hacer algo de frío a las tardes, ...
... anochecía antes y pronto cambiarían la hora para ahorrar energía.
Llegó el viernes, y a la tarde, un enjambre de personas trabajaban en el pabellón de verano, colocando luces, adornándolo y preparando las mesas con manteles, enfundando las sillas de blanco.
Ana lo dirigía todo y yo, desde la galería de sus habitaciones, miraba a aquella hermosa mujer caminando entre los operaros, como un general dirigiendo la batalla definitiva que ganaría la guerra. Era increíblemente hermosa, al mismo nivel de su vacua frivolidad, un adorno más en la casa de Eduardo.
Volví a mi habitación, esta tarde no había tenido la clase de conducir, Damián, como todo el personal de la casa, estaba para atender las ordenes de la señora Ana, no tenía suficiente con el personal de la agencia organizadora del evento.
Abrí el armario para admirar, una vez mas, el traje de fiesta que Ana había comprado para mi, un pantalón ceñido azul celeste, chaqueta corta del mismo color a juego, camisa de seda blanca, corbata estrecha negra lo mismo que los zapatos y el cinturón. Mañana tenía cita, para ella y para mi, en el salón de belleza, principalmente porque quería que llevara otro peinado acorde con aquel traje.
Pablo aún no había llegado, su retraso me molestaba por el lugar donde ahora se encontraba, la noche anterior escuché como le decía a Eduardo que iría a la casa de don Manuel directamente desde la universidad y que volvería para la cena.
Me molestaba saber que se prostituía con aquel hombre, ...