1. Una esclava inesperada - Reencuentro fugaz II


    Fecha: 15/04/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... sobre su orto. Saqué el plátano y el calabacín de su vagina e introduje el chile mordisqueado. Después tomé uno de los chiles poblanos y tomé el encendedor que traía. Comencé a “asar”, dentro de lo posible, el chile y tarde unos cinco minutos en lograr el término que quería. Sin más, introduje rápido y sin parar dicha legumbre y comencé a moverla frenéticamente. Mi intención era que, tanto sus adentros, como por fuera, su piel ardiera. Ella es ardiente y se lo merecía.
    
    La miré después de cinco minutos y ella mordía su mano y lloraba en silencio. Impresionantemente, jamás me cerró las piernas o hizo algún además de moverme o intentar que parara. Eso me dio a entender que, a pesar de su dolor, lo estaba disfrutando, al igual que yo.
    
    Con la verga casi a punto de explotar, introduje dos dedos en su culo, nuevamente escupí en él y en mi cipote y la penetré. Inmediatamente sentí las frutas que había introducido. Fue extraño sentir toda aquella presión, pero ese era mi plan. Y comencé a moverme rítmicamente, mientras que con la mano, movía el chile que reposaba en su vagina. Poco a poco sentía como todo lo que se encontraba en su culo se iba deshaciendo, a excepción de los limones. Si ella tenía mierda dentro, también se había mezclado. Peor para ella estar sucia, porque le daría a limpiar los limones y me verga después de que me viniera.
    
    Aguanté, siendo honestos, alrededor de 10 minutos y me corrí en su culo. Ella seguía llorando y respiraba agitadamente. Saqué mi verga, ...
    ... la cual comenzaba a disminuir de tamaño, y se la puse en la boca. Ella tragó gustosa mi miembro y lo limpió sin reparo. Cuando hubo terminado, le saqué el chile poblano de su vulva y, tras introducir tres dedos, también extraje el pequeño, el cual estaba un poco maltratado. Había semillas regadas por dentro, pero aquello le daría un poco más de ardor.
    
    La coloqué de perro y le ordené que intentara sacar los dos limones que tenía dentro de sus entrañas. Lamentablemente no pudo hacerlo a pesar de sus esfuerzos y dos pequeños pedos que salieron de su orto. Me levanté y tras darle una fuerte nalgada, le ordené ponerse en cuclillas e intentarlo, mientras mamaba mi verga, la cual estaba completamente inerte.
    
    Cumplió la orden y en menos de dos minutos, tenía sobre el piso de la habitación del hotel un menjurge bastante bizarro. Una mezcla de uvas semi destrozadas, media guayaba y dos limones enteros, combinados con una pizca de mierda de mi compañera. Le ordené que tomara los dos limones y los limpiara completamente, pero sin utilizar las manos, para después, limpiar, de igual manera sin manos, el “pequeño desastre” que había cagado.
    
    Forzosamente tenía que quedarse a cuatro patas y yo aproveché para tomar la cuerda que había traído, para azotar su espalda y sus nalgas sin misericordia. Cuando cayó el primer latigazo, ella respingó y me volteó a ver, visiblemente dolorida. “Querías ser seriamente lastimada… y vamos a intentarlo. ¡Anda! Recoge tu mierda y trágatela, como la ...
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