1. Simplemente representó un reto


    Fecha: 16/04/2021, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: rik, Fuente: CuentoRelatos

    El ascenso al puesto de director de mercadotecnia coincidió con la firma de mi divorcio, después de siete años de matrimonio. Dicha dirección se convirtió en un desafío profesional pero al mismo tiempo en uno personal, como lo explicaré más adelante. Desde la dirección general se me otorgó total libertad de efectuar cambios en la estructura organizacional, salvo la recomendación de que, si no era necesario, conservara a la secretaria, quien era una señora madura, cincuentona, con años de experiencia en el área y muy profesional.
    
    Yo trabajaba en otra área de la empresa, por lo que ya conocía a esta señora pero muy superficialmente: me llamaba la atención cuando coincidía con ella, puesto que es guapa y se mantiene muy bien conservada. Sin embargo, proyectaba una exagerada seriedad y su vestimenta parecía a la de una monja: vestidos largos, flojos y zapatos bajos, y siempre con un chongo. Su marido pasaba por ella después del trabajo, decían que tenía seis hijos, sin saber si era verdad.
    
    Ya como director, mi trato con ella fue en el orden estrictamente laboral, sin embargo, al verla más seguido y convivir con ella, empecé a conocerla más y sobre todo a poner atención a su figura, a su cuerpo. Se notaba que la señora estaba muy bien, pero muy discreta en su vestir y exageradamente seria en el trato. Se decía que era, y lo digo con respeto a las creencias de cada quien, del opus dei o testigo de jehová.
    
    Con más de dos años de divorciado, 41 años, y soltero, nuevamente ...
    ... me sentía en total libertad. Yo creo que como mi ex era muy joven, me empecé a fijar en mujeres más maduras, no tanto como mi secretaria, sin embargo, con el pasar de los días, esta señora empezó a provocar mi atención más de lo normal. Como la veía diario y la tenía cerca, la empecé a observar con mayor detenimiento y me di cuenta que la señora, a pesar de lo discreta que era para vestir, estaba buenísima: caderas anchas, muy buenas piernas, un gran trasero, alta, blanca de piel, un poco pelirroja, boca grande, labios carnosos.
    
    Supongo que al vivir solo, mi ayuno sexual se agudizó, por lo que me la imaginaba seduciéndola, y bueno, hasta teniendo sexo con ella, pero el reto no era fácil y creo esto se empezó a convertirse, primero, en un desafío y luego en una obsesión. Pretendí relajar un poco la relación con ella, más no expresaba más de lo debido, hablaba mucho de su esposo y sí, de sus seis hijos. Intenté insinuarme pero no cedía. En una ocasión la invité a salir, con el pretexto de ver cosas del trabajo, pero no, sólo un par de veces, pero en compañía de otros compañeros.
    
    Cada día que la veía se me antojaba más, pero tenía que ser cuidadoso para no entrometer esta situación con el trabajo, después del ascenso que me habían dado. Ella, por su parte, nunca dio indicios de nada, empezó a sonreír más y por obvias razones a establecer mayor comunicación conmigo y por tanto a saber un poco más de mi situación personal, como el hecho se saber que estaba divorciado y el ...
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