1. La putísima madre (capítulo 5)


    Fecha: 17/04/2021, Categorías: Hetero Autor: juliomarkov, Fuente: CuentoRelatos

    ... pero esta vez en el estacionamiento del supermercado: la gente había comenzado a amontonarse en el lugar para observar esas suculentas bolas de carne; primero disimuladamente, luego en forma descarada. Cada ráfaga reveladora era acompañada por un suspiro general. No faltaron las lamidas de labios, las fotos subrepticias, los comentarios soeces y hasta los gestos de envidia de algunos batracios locales.
    
    Yo podría haber acelerado la embarazosa escena ayudando a mi madre a cargar el baúl para marcharnos más rápido, pero estaba disfrutando tanto del show que sólo atiné a quedarme parado observando y dejando caer la baba de mi boca como uno más en la multitud. Recién me acerqué cuando ella, habiendo terminado de guardar todas las bolsas y habiendo mostrado el culo hasta embelesar a su audiencia, se metió en el auto.
    
    Comencé el trayecto del supermercado a la casa con la pija parada a más no poder, pensando en la conmoción que había causado mi madre en el balneario en sus dos únicas apariciones en público.
    
    En eso mi vieja recibió una llamada de mi padre. Al parecer, era para encargarle una compra de último momento. Ella puso el teléfono en modo altavoz, lo que me hizo suponer que se venía una nueva partida del juego morboso de doble sentido que a la putita tanto le gustaba. Entonces la depravada respondió:
    
    –Tarde querido, ya vamos camino a casa. No sabés… ¡había terrible cola en el súper!
    
    Mientras decía esto, sentada en el asiento del acompañante, se inclinó hacia su ...
    ... costado derecho, se levantó la pollerita y comenzó a acariciarse la nalga izquierda, mirándome con una sonrisa sugerente. La tanga ni se le veía de lo minúscula que era.
    
    –Y sí mujer… me imagino que a esta hora debe estar lleno de gente, no darán abasto las cajas –razonó mi padre –Quiero suponer que le pediste a tu hijo que te hiciera la cola.
    
    –¡¿Que me hiciera la cola?! –preguntó mi madre sorprendida.
    
    –Claro querida, mientras vos comprabas, así ahorraban tiempo.
    
    –Ay querido, a vos sí que se te ocurren buenas ideas –le dijo mi madre mientras arrebataba mi mano de la palanca de cambios y la incrustaba en su preciosa nalga desnuda. Casi chocamos.
    
    –Ja ja, pero ya veo que no los puedo dejar solos –dijo mi padre clausurando la conversación con suficiencia.
    
    –No, no deberías –dijo mi vieja luego de cortar, y en medio de una gran carcajada.
    
    Tuve ganas de detener el coche allí mismo y seguir la involuntaria sugerencia de mi padre, pero no lo hice: quería juntar bastante leche para lo que tenía planeado para la noche.
    
    Al llegar a casa, miré a mi viejo y pensé que –sin duda– no era merecedor del minón que tenía por esposa.
    
    Esa noche, luego de la cena, sugerí que jugáramos al juego Verdad o Consecuencia, el cual había llevado bien preparado.
    
    –Bien sencillo –les dije –una pregunta o prenda a cada uno y nadie puede arrugar.
    
    Para hacerlo más divertido, propuse un trago de ron al principio de cada turno. Ambos se entusiasmaron con la idea, así que, sin mucho ...
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