1. Columbus


    Fecha: 22/04/2021, Categorías: Gays Autor: Carlos Nagasaki, Fuente: CuentoRelatos

    ... pesar de su amateurismo hizo lo que pudo paraayudar al prójimo. Al menos en términos médicos.
    
    -¡Han matado al Señor Hewitt¡-expresé con tristeza ante la mirada desconsolada de todosen el sótano.
    
    -ahora sigue el pequeño Arthur Ravel- Al momento de mencionar el nombre del joven mimadre cayó en una pequeña crisis de histeria, mi padre tuvo que controlarla ya quecorríamos peligro de ser descubiertos. Mientras tanto en la plazuela, el General RodolfoFierro avanzó un par de pasos y se posicionó enfrente de su próxima víctima, recargó surevolver, jaló el martillo y alcanzó a mencionar unas palabras que no entendí.
    
    -no llores, esto es para que tu hermano aprenda a no jodernos-
    
    El Señor Sullivan tuvo problemas con aquella expresión, dijo que solo pudo entender laspalabras “llorar”, “hermano” y “joder”, así que supuse alguna frase como la que mencionéarriba.No pudimos comprender la oración completa del General Fierro porque un sonido aterrador
    
    –muy similar a la llegada deLos Dorados- se hizo presente de nuevo. Mi Padre solía deciruna frase que aplicaba como anillo al dedo en ese momento; “Piensa mal y acertarás”, poresta razón asumí la llegada de más bandidos mexicanos. No obstante, el grito de guerra dePancho Villa me llenó de una débil esperanza.
    
    -¡Muchachos, llegaron los pinches soldados gringos, tomen todo el motín, suban a suscaballos y vamos a rajarles la madre¡-
    
    ***
    
    El XIII Regimiento“completo” de Caballería al mando del General Herbert Slocumarribaba ...
    ... como tornado a la destruida ciudad de Columbus. El choque fue monumental, labatalla tomó niveles mucho más aterradores a los vividos la madrugada anterior.Literalmente, miles de disparos retumbaron cada pared, ventana, puerta, portón, corral,andamio, establo, madera y adobe del pueblo. Cada esquina era testigo de un cruentoenfrentamiento entre militares americanos y Villistas. Los gritos enrabiados se entrelazabancon lamentos dolorosos, brindaban un aura endemoniada durante aquella mañana de olvido.
    
    Vi la única oportunidad para escapar entre el torbellino de muerte y destrucción. Sabía quesería sumamente peligroso, tendríamos que atravesar cientos de balas en todas direcciones,pero de quedarnos en el sótano de los Sullivan, tarde o temprano nos encontrarían.Sinceramente no quería echar mi vida a la suerte, mi madre recomendó quedarnos ya quepodríamos ser rescatados por el Regimiento, sin embargo, las posibilidades eran remotas.El campo de batalla era dominado por un número mayor de revolucionarios mexicanos. Elcombate continuaba brutalmente, fue entonces que removí la puerta del sótano y subí parainiciar el escapé, uno a uno ayudé a que todos salieran y retomamos huida.
    
    -¡cúbranse la cara¡- porciones enormes de tierra se levantaban del suelo al impacto de lasdetonaciones. Mi padre recomendó correr a toda velocidad sin siquiera mirar nuestrocamino, teníamos que escapar a como diera lugar. Observé aterrorizado como decenas dehombres caían muertos mientras expulsaban el ...