1. Piano: Instrumento de seducción


    Fecha: 27/04/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... primera vez alguien estaba haciendo el esfuerzo de mantener mi atención, mi interés en una charla. Me preguntó qué tipo de piezas tocaba. Si me especializaba en algún estilo. Qué tipo de piano usaba. Si tenía canciones compuestas. Si le dedicaría una a ella.
    
    – ¿Querés que nos sentemos allá en los sillones, así estamos más cómodos? –me dijo de golpe, mientras yo le comentaba sobre mi habilidad de improvisar canciones de la nada.
    
    Ya habíamos superado mis 5 minutos de charla promedio con mujeres. Me di cuenta que habíamos pasado más de media hora hablando. Sobre todo cuando los invitados del cumpleaños empezaron a irse y ella seguía con el mismo interés inalterable en mis habilidades como pianista. Yo no me hacía demasiadas ilusiones. Seguramente en un rato, cuando quedáramos solos y mi amigo quisiera irse a dormir, nos despediríamos y cada uno se iría a su casa. Para mi sorpresa, ocurrió todo exactamente como lo predije. Salvo por la parte de que cada uno se iría a su casa.
    
    – ¿Dónde vivís? –me dijo Claudia una vez que nos despedimos de mi amigo y salimos a la calle.
    
    –Vivo en Almagro –respondí lisa y llanamente.
    
    –Ahh... Yo vivo en Palermo –dijo Claudia mientras encendía un cigarrillo–. ¿Tenés algo que hacer ahora? No sé, digo... son las dos de la madrugada y es sábado. A menos que tengas que trabajar mañana domingo como un esclavo... –agregó Claudia y se rio exhalando el humo.
    
    –No, no tengo nada que hacer –respondí otra vez con una cadencia robótica. La ...
    ... situación me resultaba más rara que intentar tocar el piano con los pies.
    
    – ¿Da para ir a tu casa y que... –dijo Claudia y dudó–. Si te parece cualquiera, decime Eze. Pero me pareció copado eso que me contaste sobre improvisar. No sé, se me ocurrió... Por ahí podemos tomar algo mientras te escucho tocar –agregó y le dio una pitada profunda al cigarrillo.
    
    – ¿Te gusta el té? Tengo té para tomar en mi departamento –dije con la sagacidad de una ameba.
    
    –Si... que se yo –dijo Claudia conteniendo una risita–. Yo pensaba algo más power, pero si tenés té, tomamos té.
    
    Nos subimos a un taxi rumbo a mi departamento de Almagro. El taxista miraba a través del espejo retrovisor sin entender demasiado. Qué hacía un tipo tan poco atractivo como yo a las dos de la madrugada con una bomba como Claudia. Por suerte no tuve que esforzarme en aplicar ningún tipo de dialéctica: las riendas de la conversación seguían siendo propiedad de ella.
    
    – ¿Alguna vez le compusiste una canción a una chica? –me soltó Claudia de un tirón, como si tuviera la pregunta atragantada hace un rato.
    
    –Al ser composiciones instrumentales, tal vez me inspiro cosas como un paisaje... –dije nuevamente con la perspicacia de un alga marina.
    
    –Me extraña que no tengas una musa inspiradora, Eze –dijo Claudia y me apoyó la cabeza en el hombro. Pude ver la mirada incrédula del taxista a través del espejo retrovisor. Yo tampoco podía creer lo que me estaba pasando.
    
    Cuando llegamos a mi departamento, se sacó la campera ...
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