1. La historia de Claudia (7)


    Fecha: 28/04/2021, Categorías: Confesiones Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... despensa, la echó boca abajo en el piso y le ató las manos a la espalda con el cable de teléfono.
    
    -No voy a dejar que te masturbes. –dijo con una sonrisa sardónica, y la dejó encerrada con llave.
    
    Cenó sola y de excelente ánimo, disfrutando al mismo tiempo de la comida y de la ya total posesión de su ex patroncita. Cuando fue a la despensa Claudia dormitaba agotada luego de tanto llanto y angustia. Le desató las manos, la levantó de un brazo y se la llevó tambaleante hasta el baño, donde volvió a manguerearla durante un rato. Después le ordenó que se vistiera y en el comedor, con Claudia luciendo otra vez la ropa con la que había llegado a la casa, le dijo:
    
    -Al verte así cualquiera diría que sos una persona, pero yo y vos sabemos que sos una perra ¿eh, Claudita? –y sus labios se abrieron en una sonrisa sádica.
    
    La joven permaneció en silencio, arrodillada con la cabeza gacha y las manos atrás. Recordó que su madre solía llamarla así después de haberla zurrado, cuando le hablaba sobre las ventajas de portarse bien. La voz de Blanca la sacó de su ensueño.
    
    -¡Te hice una pregunta!
    
    -Sí, señora, sí... soy una perra. –contestó asustada.
    
    -Una perra muy puta.
    
    -Una perra muy puta. –repitió
    
    -Y una perra de caza también.
    
    -Y una perra de caza también. –dijo como un autómata.
    
    -Y mañana vas ir de cacería a la ...
    ... veterinaria.
    
    -Sí, señora, mañana voy a ir de cacería a la veterinaria.
    
    -Y ahora vas a escuchar con atención lo que tenés que hacer.
    
    -Y ahora voy a escuchar con atención lo que tengo que hacer.
    
    Blanca le dijo entonces que al día siguiente debía vestirse con la minifalda de jean, chomba blanca, zapatos negros y campera y que de la radio se fuera inmediatamente a la veterinaria. Claudia era en ese momento sólo la obsesiva atención con que escuchaba las órdenes.
    
    -Le decís a esa chica que yo te mando, que sos mi sumisa y que quiero que me la traigas. –siguió diciendo Blanca. -Que arregle sus cosas para que el miércoles la pases a buscar por el negocio a la hora que cierra y la traigas para acá. Y no le aceptes ninguna excusa. Si te dice que el miércoles no puede por tal o cual cosa le decís que en ese caso me voy a enojar mucho y cuando la agarre la voy a hacer pagar.
    
    -Sí, señora, si me pone alguna excusa para el miércoles le digo que usted se va a enojar mucho y se lo hará pagar.
    
    La mente de Claudia seguía vacía de todo pensamiento y era sólo un receptáculo para las palabras de la señora, que luego activaban su propia voz. No había lugar en ella para recelo alguno ni para esa vergüenza que había temido sentir ante la rubiecita. Era una perra de caza que debía lanzarse sin vacilar sobre la presa elegida por su dueña.
    
    (continuará) 
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