1. El niño de la playa solitaria (segunda parte)


    Fecha: 28/04/2021, Categorías: Gays Autor: Pavic, Fuente: SexoSinTabues

    ... Dylan, gracias bebé”-le decía aún gimiendo, mientras no dejaba de besar esos carnosos labios, que ya empezaban a recuperar la sonrisa –“fue maravilloso, fue genial, gracias, gracias, gracias por esto”- me repetía sin dejar de besarme y de brincar sobre mí, -“esto Dyl, esto, se llama hacer el amor, y me alegra haberlo vivido contigo”- le suspiraba al oído, derritiéndonos en un abrazo cálido, exaltado y reconfortante. Tras quedarnos mirando, sonrientes, y permaneciendo aún en su interior como un solo cuerpo sudoroso, Dylan se echó hacia atrás, apoyando sus manos en la arena, para conservar la misma posición y reposar disfrutando de la refrescante brisa de mar, dejando a mi vista su exquisita desnudez y la sonrisa de sus blancos dientes. Sin darme cuenta, Pim se reincorporó de golpe y se arrimó a nosotros, convulsionando completamente, con su ombligo haciendo olas de excitación, y claramente a punto de concluir su masturbación –“ven aquí muchacho”- le exhorté. Pim acercó su miembro a la altura de mis labios, casi como pidiendo ayuda, y sin salirme de Dylan, lo cogí de las nalgas –“mierda pero qué suaves son”- pensé, para atraerlo completamente, introduje uno de mis dedos en forma de gancho en su desvirgado ano, con sutiles movimientos hacia su pubis devorando con mi boca su pequeño, pero erecto pene. Seguí masajeando sus ancas de algodón mientras le succionaba el “pene-clítoris” con desesperación, con mi dedos serpenteando al compás de sus contracciones de esfínter, gimoteó ...
    ... un par de minutos hasta que dio un grito de júbilo que terminó por llenar mi boca de su infantil esperma, saboreándolo primero y tragándome hasta la última gota después; ya consumado, besé su imberbe pubis, para luego buscar su ombligo plano y con el chico de rodillas, perderme nuevamente en sus exquisitos labios, compartiendo fluidos con nuestras lenguas, y abrazándome con Dylan aún ensartado y reposante. Sonrió con la habitualidad que le caracterizaba, sus revoluciones bajaban al mismo tiempo que con sus dientes mordisqueaba mis labios. Dylan, tras abandonar mi verga dejando caer una cantidad portentosa de semen del canal de su culito, se reincorporó abrazándome del otro lado para robarme un par de besos, por mi parte los acariciaba a ambos en sus respingadas nalgas y mirándolos les dije: -“Mírense, por favor mírense ambos. Son lo más bello que haya podido ver en muchísimo tiempo, ambos angelicales, de rubios distintos, hermosos y tiernos, piel canela y de leche a la vez…simplemente hermosos, cómo he de extrañarlos cuando ya no los tenga conmigo. Mírense por favor, y admiren aquello que me vuelve loco del uno y del otro”- Perdieron sus miradas entre sí, parecían buscar entre sus rostros la similitud de sus bellezas de las que tanto les imploré admirar. Seguía recorriendo sus espaldas y sus nalgas, y a pocos centímetros de mí se fueron acercando, las manos de Dylan se posaron en las caderas de Pim, y las de éste a la altura de las costillas de Dyl, cada uno podía contar las ...