1. El niño de la playa solitaria (segunda parte)


    Fecha: 28/04/2021, Categorías: Gays Autor: Pavic, Fuente: SexoSinTabues

    ... pecas de sus narices al imanizarse tan peligrosamente cerca, cerraron sus ojos y se fundieron en un tímido beso, el que gradualmente ascendió en su intensidad, para coger sus rostros con sus pequeñas manos y terminar sonriendo mutuamente tras su sexual descubrimiento. Me uní a la cópula de lenguas y salivas junto a ellos, perdiendo la noción del tiempo y a decir verdad no recuerdo por cuánto tiempo nos estuvimos besando de esa forma, y tras el sexo intenso con uno y otro, la debilidad de los cuerpos nos pasaron la cuenta, nos dejamos caer en las arenas, con la sombra de dos palmeras de generosos toldos verdes, y nos dormimos en desnudez absoluta, con Pim a mi derecha, Dyl a mi izquierda, uno sobre cada hombro, y con sus suaves piernas reposando sobre mis muslos y sus pies casi tocando los míos…el paraíso, el Edén, el cielo, la gloria, y en fin, el mejor de los olimpos. Desperté cuando el sol proximaba a tocar el océano en rápida puesta, los chicos aun dormían, y no pude evitar sentir ternura al verles con sus boquitas abiertas dejar caer un hilillo de baba. Volviendo en sí, y presintiendo que los padres de ambos no tardarían en llegar –si es que no habían ya atracado a la isla- los desperté con cierto grado de miedo –“chicos, chicos, Pim, Dyl, arriba, arriba, tenemos que alistarnos, ya vendrán por ustedes, ya nomás vien…”- pero no pude completar la frase. Dylan me besó con ternura y serenidad, y apuntó hacia unos implementos que se encontraban muy cerca de nosotros –“Nadie ...
    ... vendrá hoy”- sonrió –“Siempre que venimos con Pim, nos dejan acampar, hoy nuestros padres se van al burdel, y claro, creerán que no nos damos cuenta, pero bueno…trajimos un par de sacos (de dormir) y malvaviscos suficientes para asarlos una noche entera. ¿Te piensas ir?- preguntó –“ni en un millón de años Dyl, no me perdería esta noche por nada del mundo”- le contesté. Pim se despertó algo aletargado, nos miró con detenimiento para preguntar con voz aún dormida “qué pasa”. Dyl y yo reímos, mientras lo desperté con un buen beso –“nada Pim, sólo hacíamos planes para esta noche”- le respondí –“¿te quedarás con nosotros?”- preguntó –“por supuesto que sí, vamos, hagamos un buen fuego para disfrutar la noche. Vayan por algunas hojas de palmera secas y unos cuantos leños”- les pedí. Ambos se levantaron y sacudieron la arena de sus cuerpos, Pim volvió a lucir su tanga mientras que Dyl prefirió el canela de su cuerpo desnudo. Mientras encendía una fogata con unas pocas varillas que encontré cerca, Pim provocaba mis sentidos al verlo agacharse para recoger hojas, mi erección tomaba vida sólo con verlos y crecía al mismo tiempo que las llamas de la lumbre; Dyl lo notó, y tras devolverse para besarme empinando sus pies, se dejó caer de rodillas justo al lado del calor del fuego, y sin perderme de vista, engulló mi miembro eréctil con vil impetuosidad, regalándome el primer oral de una larga noche. Pim, quien a lo lejos notó la escena, dejó las varillas tiradas para correr con toda su ...