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El niño de la playa solitaria (segunda parte)
Fecha: 28/04/2021, Categorías: Gays Autor: Pavic, Fuente: SexoSinTabues
... caderas y doradas piernas libres de todo vello, para invitarlo a dar inicio a su noviciado sexual en el momento en que él eligiese. - “Cuando tú quieras bebé, como mejor quieras, y hasta donde mejor te sientas”- le dije. -“Cuídame”- rogó con lágrimas en sus ojos. Dylan se levantó en posición de rana, tomando mi miembro a la altura del tronco, para sobar su ano lubricado en cortos movimientos, gimiendo de nerviosismo, miedo y excitación contenida. Lentamente y con cuidado, fue descendiendo con su cuerpo sobre mi miembro, y cuando el glande atravesó completamente Dylan inició sus primeros movimientos de cópula, en una penetración de corto pero exquisito alcance. A diferencia de Pim, que nos observaba sentado un poco más allá mientras comenzaba su solitario proceso masturbatorio, Dylan se entregaba a mí en lenta procesión para hacer el amor, con movimientos sutiles, delicados y sensibles, hasta perder el total miedo, dejándose caer finalmente con todo el peso de su hermoso cuerpo mientras frotaba sus pequeños pezones con ambas manos, las mías recorrían sus caderas y cintura, arqueó su torso perfecto y comenzamos a gemir a la par en aquella prohibida conjunción soñada, con mi miembro recorriendo su lubricado interior hasta lo más profundo, y sus paredes anales apretándome tal cual exquisito condón de corta talla, en una contracción propia de quien pierde el control de su cuerpo para abandonarse al placer. Mis manos fueron subiendo por sus caderas, acariciando su torso desnudo ...
... y llegando hasta sus manos, para entrelazarnos con nuestros dedos y aumentando la cópula sin detenernos, para llegar a la felicidad que tanto nos costó en un principio: -Dyl, Dyl, Dylan, ohhh, ohhh, ohhh- -Ohh, ohh, se siente bien, se siente bien- suspiraba con celo gemido de muchacho impúber. -No me queda mucho Dylan, ya viene, ya viene, aguanta hasta que me venga- le pedí -Tampoco me queda mucho, ahhh, ahhh, ahhh, me vengo, me vengo- gemía -Ohh Dyl, Ohh Dyl, me vengo, me vengo!!!” -Ahh, Ahhh, Ahhh, me corro, me corro- gritaba -Aguanta Dyl, aguanta, aaaahhh, ahhhhhh, ahhhhhhh!!” Dos gemidos de clímax extremo surgieron de nuestras gargantas, y así, al menos cinco chorros calientes y generosos brotaron nuevamente de mi verga cavernosa, para llenarle su culito como jamás nadie lo inundó nunca, para convertirme así en el primer hombre de su vida. Sentía que había alcanzado hasta lo más profundo de sus entrañas, cuando el orgasmo de Dyl no se hizo esperar: -Ayyy, ayy, ahhh, ahhh, delicioso, delicioso, delici… ahhhhhhh, ahhhhh! –exclamó. La eyaculación de Dyl alcanzó una maravillosa explosión en todas direcciones, saltando casi todo sobre mi torso, mis labios, mi ombligo y parte de mis hombros. Sin poder contenerme, y en medio de sus convulsiones, me reincorporé para abrazarlo, con sus abiertas piernas enroscándome mientras lo besé con intensidad, con pasión, con amor, y con la libertad de habernos donado el uno al otro al son de una lujuria inevitablemente consumada. –“Gracias ...