1. Cerezas (Primera parte)


    Fecha: 28/04/2021, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Blue slifer, Fuente: CuentoRelatos

    ... inesperado giro; todo por culpa de unas cerezas en almíbar.
    
    —¡Me encantan las cerezas! —Dijo Mell señalando un pequeño frasco de cerezas que se encontraba en la mesilla de la alacena—, ¿puedo tomar una?.
    
    —Claro que sí —respondí yo—, podríamos comer una también nosotros.
    
    Tras tomar una cada uno, Mell no pudo ocultar lo mucho que disfrutaba degustar una cereza en almíbar.
    
    —Mmmm, hace mucho que no comía una.
    
    Aunque aquella expresión parecía más lasciva que de disfrute, Vero solo expresó una disimulada risita.
    
    —Disculpen, pero, ¿me perdí de algo?
    
    Tuve que decir necesariamente, puesto que el ambiente entre nosotros parecía haber tomado un tinte un poco distinto.
    
    —Lo que pasa es que, justo antes de que llegaras, estábamos comentando algo un tanto… íntimo —agregó Vero— ya sabes, cosas entre mujeres.
    
    Lo único que hice fue asentir ligeramente con la cabeza, al tiempo que le daba el último sorbo a mi taza de té. Vero volvió la mirada hacia Mell, a lo cual esta última solo respondió con una sonrisa, y Vero solo asintió. No entendía muy bien lo que pasaba con las cerezas, pero estaba a punto de descubrirlo.
    
    —Mira Carlitos, lo que pasa es que Mell y yo estábamos comentando sobre cómo sería tener sexo utilizando frutas, ya sabes, para ponerle un toque de originalidad al encuentro.
    
    —Suena algo original, novedoso —dije— quizá si se lo comentas a tu novio, dudo mucho que se niegue a probar algo como eso.
    
    —No tengo novio —agregó Mell— desde hace un año que ...
    ... no salgo con nadie. Es difícil encontrar a alguien que valga la pena, y que comparta mis gustos y aficiones.
    
    Mirando fijamente a ambas chicas, pude notar que algo estaban tramando, puesto que no dejaban de dirigirse miradas y sonrisas la una a la otra. Yo estaba algo nervioso, y fingía que sorbía un poco de té, aunque la taza ya no tenía ni la más diminuta gota de líquido.
    
    —No me terminaste de decir si me lo prestabas o no —continúo Mell— seguro que la pasaríamos bien los tres.
    
    —Tendríamos que preguntarle a él —respondía Vero— a veces tiende a ser un poco tímido.
    
    —Oigan chicas —agregué— les recuerdo que sigo aquí.
    
    Habían comenzado a hablar como si yo no estuviera presente, lo que me hizo sentir algo molesto, sin embargo esa molestia se mezclaba con una sensación de nerviosismo que resulta muy difícil de describir.
    
    Tras unos segundos de silencio sepulcral, Vero se animó a decir:
    
    —¿¡Que si quieres que hagamos un trio!? —Dijo Vero bruscamente— de eso estábamos hablando justo antes de que llegaras. ¡Ya, está bien, ya lo dije!
    
    Toda nuestra conversación había sido en inglés, pero tuve que dirigirme a Vero es español por unos momentos. Su actitud un tanto brusca, arrebatada, y a veces poco sensible era algo que me encantaba, aunque no por ello resultaba a veces ser lo mejor para la situación.
    
    —¿Qué onda contigo Vero? —le dije— tú y tus brusquedades, jajajaja.
    
    —¿¡Qué!? ¡Ya lo dije! No sabía cómo planteártelo o decírtelo sin que te encogieras de hombros ...
«1234...»