Con mi jefe en la convención
Fecha: 29/04/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: sanchez-m, Fuente: CuentoRelatos
... largo, tacones altos para compensar mi pequeño tamaño, seguido de un bonito conjunto de tanga y brassiere y unas medias con liguero. Siempre me ha gustado comprar lencería sexy para sorprender a mi marido.
El primero en recibirme en la puerta fue mi jefe, quien caballerosamente me dio el brazo para llevarme a presentar con algunos de sus amigos, jefes de otras sucursales, quienes me admiraron de pies a cabeza y comentando lo afortunado que era Don Julio por tener una secretaria tan bella a su lado. Eso me ruborizó un poco, me hizo sentir importante, les di las gracias por el gran gesto hacia mi persona, luego mi jefe y yo seguimos nuestro camino.
Ya estando en la fiesta me senté junto a mi jefe y con personas muy amables y chistosas. Muchas veces él se acercaba para preguntarme como la estaba pasando, yo varias veces me recostaba en su hombro, lo sentí como una figura paternal en ese momento. Pasaron las horas y no lo sentí junto a mi jefe, me tomé algunos traguitos y luego me invitó a bailar, resultó ser un excelente bailarín, no dejé que bailara con nadie más que conmigo, apenas terminaba una pieza, comenzaba otra y seguíamos bailando. Durante el baile pude sentir sus fuertes brazos y su torso.
Las últimas piezas que bailamos fueron las románticas, yo con mi cabeza en su pecho o en su hombro, y el platicándome al oído, susurrándome cosas que alimentaban mi ego. Me indicó que era una mujer muy bella y talentosa, y que mi marido era el hombre más afortunado del mundo ...
... al tenerme. Fuimos de los últimos en abandonar el salón, los traguitos me desinhibieron y bromeaba con él, además nos abrazábamos a cada rato, parecíamos amigos de toda la vida.
Terminó la fiesta y caminamos rumbo a nuestras habitaciones, pude notar la mirada de mi jefe recorrer mi cuerpo, y cuando estuvimos frente a su habitación, tomé la iniciativa de despedirme, me acerqué y el me dio un beso suave cerca de los labios, luego nos dimos un abrazo fuerte, pude sentir el aroma de su perfume, luego su boca se acercó a mi oído y me dijo:
-“Quisiera que entraras a mi habitación un rato”
Había tenido una velada increíble a su lado que no me pude negar. Entré a su habitación y cuando cerró la puerta, sus brazos me rodearon, y sin ser bruscos, me empezó acariciar y a besarme el cuello con mucha delicadeza.
Luego bajaron sus manos a mis caderas, subió mi vestido y me acarició con mucha experiencia mi redondo trasero, apretando mis nalgas suavemente, yo estaba sorprendida y solo repetía sin convicción –ohhh no Don Julio, no por favor, por favor, ¡no!, mientras una de sus manos ingresó dentro de mis braguitas y tocó los labios de mi vagina con suavidad y determinación, y con mucho ardor, mi vagina no pudo mentir, me estaba mojando por dentro.
Yo no lo podía creer, me estaba mojando con las caricias de mi jefe y no podía detenerlo.
-Estás mojadita! -me dijo dulcemente mientras probaba los jugos de mi vagina.
Luego mi jefe bajó el cierre de mi vestido y este cayó al ...