1. Con mi jefe en la convención


    Fecha: 29/04/2021, Categorías: Hetero Autor: sanchez-m, Fuente: CuentoRelatos

    ... suelo, también su paquete se pegaba a mis nalgas con todo erotismo, sentía como crecía un bulto enorme, luego quitó mi sostén y comenzó a acariciar mi espalda con sus tersas manos y a pasar su lengua entre mi cuello y mi nuca, sentía un escalofrió recorrer mi cuerpo.
    
    Luego me llevó a la cama y me acostó boca arriba, y con delicadeza me sacó mis bragas completamente mojadas, me abrió las piernas, y sin pensarlo se sumergió entre mi vulvita, comenzó a chuparla con toda la experiencia de un hombre de medio siglo, allí emití el último –¡no por favor! Yo sujetaba mis piernas con mis manos, gemía y me retorcía de placer, no podía contener mis gritos que sonaban en todo el cuarto, este hombre me lamía la panochita como nadie lo había hecho. No tardé en chorrearme en su boca, Don Julio me abría más las piernas para que su lengua llegara hasta lo más profundo de mi vagina.
    
    Su lengua era más áspera que la de mi marido y eso me estaba matando de placer, cada lamida suya hacía que me chorreara más. Yo no quería que me dejara de comer la panocha, no sé cuánto tiempo se la estuvo comiendo, pero pareció un siglo, yo eyaculaba y eyaculaba lubricantes de mi panocha.
    
    Luego, me tomó de los muslos y me levantó un poco las nalgas de la superficie de la cama, su intención era darle un tratamiento oral también a mi ano, su lengua parecía una serpiente tratando de lamer y comerse mi culito. Su lengua en mi culo me dio también un placer enorme, después el recorrido de su lengua era de mi ...
    ... culito a mi clítoris.
    
    -¡Ya no don julio, ya no aguanto, me voy a venir! -le repetía yo a él. No pude evitar correrme de nuevo, y emití otra tanda de lubricantes que el gustosamente bebió, además, ocasionalmente metía dos dedos en mi panochita para masturbarme mientras me comía el clítoris. Luego dejó de mamarme y empezó a desnudarse frente a mí, cuando se bajó su bóxer, pude ver su gran pija, era larga y gruesa, mucho más que la de mi marido.
    
    Mi jefe abrió mis piernas, su enorme glande lo estuvo frotando contra mi pepa y mis pliegues vaginales, su pene por fuera me llegaba hasta el ombligo, no imaginaba como entraría por completo en mi interior.
    
    -la quiero adentro por favor -le dije, en un arranque de calentura, la necesidad de sentir ese enorme pedazo de carne en mi interior traicionó mi mente y sabía que no había marcha atrás.
    
    Don Julio puso mis piernas en sus hombros y sentí su enorme pija meterse dentro de mi pequeña vagina, se fue resbalando poco a poco mientras yo chillaba de placer, levantando más las piernas para que pudiera entrar. Cuando metió la mitad de su pene, se puso a bombeármelo con suaves movimientos, pero cada vez me la enterraba más adentro de mi feminidad, sentía cómo me partía en dos.
    
    Después de varios minutos en ese tratamiento, por fin me la metió toda, me sentía llena por lo grueso de su pija. Con movimientos pélvicos me estuvo penetrando profundo y suave, poco a poco mi pequeña vagina se fue adaptando a su grueso miembro mientras veía en ...
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