Sexo con maduro. El “abu” era su amante, Lucía una pervertida, ahora mi amante.
Fecha: 03/11/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... asistía financiera y sexualmente. Ufff, sí que me fue difícil contarte, pero solo deseo que no me malinterpretes, que entiendas mi situación y sobre todo la pérdida sufrida hoy…
No hubo palabras, solo un abrazo, que refugiara su cara sobre mi pecho y quedar para poder esconder mi nariz entre sus aromáticos cabellos y acariciar su rostro, presionando contra mí. Fue un momento, interminable donde mi cabeza comenzó a bullir a mil, pensando, elucubrando de qué modo poder acceder a su… bueno… afecto o… a lo que fuere, en ese momento no pensaba en otra que en sentirla sentada sobre mis rodillas acariciando toda esa “carnita” tan apetecible. Asomaban los colmillos del Lobo hambriento, relamiéndose de tan solo imaginarme sobre ese “bocatto di cardinale” que se me acaba de presentar, mansita como un pollito mojado.
El tiempo apremia, los movimientos rápidos y precisos para evitar que se vuele…
- Me parece que este lugar no es el más apropiado, para hablar de estos temas, veo que nos comienzan a observar. Te parece mejor si nos vamos… Ven, tengo mi apartamento cerca de aquí, podemos tomar un café y seguir con el tema… no tienes nada que temer, estas en buenas manos. –se tomó de una-
- Buenas manos… fuertes y qué dedos tan gordos tienes…
Vivía solo, era tiempo de una de esas varias separaciones, sin pareja y con necesidades sexuales momentáneamente insatisfechas, esa me parece debió haber sido el pensamiento de Lucía, que así dijo llamarse, por la sonrisa complaciente ...
... que me regaló cuando quedamos en la intimidad.
- Ponte cómoda, si tienes tiempo podemos pasarlo bien, solo es una invitación…
- Sí, claro, puedo. El sábado era nuestro día con Henry, venía para quedarme el finde con él, por eso en la mochila traigo algunas ropitas y algún libro para repasar mientras él se dormía. Será como tu dispongas, no me siento presionada, sino cómoda, me gustas desde hace mucho… y te voy a contar un secreto: Hace un tiempo Henry venía con cierta impotencia por la medicación y por eso teníamos juguetes y hasta habíamos jugado un poco con la idea de invitarte a venir con nosotros, nos habíamos acostumbrado a verte y nos parecía que bien podrías ser el indicado para… que “mi abuelo” como lo llamaste nos viera teniendo sexo. Ja! Ahora, de pronto toda esa fantasía está a punto de ser algo real… te parece que lo sea?
Mi sonrisa, de oreja a oreja, decía un sí grande como la sonrisa de la luna, justamente el destino me pone a esta muchachita en mi cama, ahora que llevo más de tres semanas sin ponerla, y precisamente ella fue motivo de una pajota en una noche de insomnio. Busqué dos cervezas, temprano para beber, el calor interior ameritaba algo más sustancioso que una bebida cola. Chocamos las botellas a modo de brindis, amplió un poco la historia trunca antes de la cerveza, que estaba siendo “becada” desde que se vino del interior para estudiar, casi desde los quince comenzó en la casa de un señor mayor, amigo de Henry, que al morir éste, “el abuelo” ...