Los limoneros I
Fecha: 11/05/2021,
Categorías:
Primera Vez
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... los pantalones elevando las piernas y se sacó el pantalón con el slip a la vez. No había visto en las duchas del colegio, entre mis compañeros, una polla semejante. Era oscura, muy morena y le asomaba la punta del glande rojo, húmedo y brillante, larga y gorda abultaba el doble que la mía, con mucho pelo como el de su cabeza, negro y rojo cubriéndole el pubis, y sus testículos eran proporcionales a resto de su aparato reproductor.
-Bájate el pantalón y comencemos, no tenemos toda la tarde. -no podía ni moverme impresionado por el tamaño, la fuerza salvaje y fiera que aquella verga expresaba, yo no le iba a enseñar la mía, me moriría al escuchar sus risas, como pasaba a veces en los baños después de hacer deporte y aguantar las burlas de mis compañeros que no llegaban a tenerla como él y también eran mayores.
-¿No querrás que te baje la ropa como si fueras una chica para follarla, verdad? -reaccioné y comencé mi suplicio. Bajaba lentamente los pantalones dejándome el slip, atrasando el momento y haciendo interminable el movimiento aunque la eternidad no existe, o al menos para mi todo fue rápido.
Apareció mi pene chiquito y arrugado, parecía mucho más pequeño aún de lo que en realidad era, el miedo lo mantenía encogido y oculto, y Raúl no soltó la carcajada como yo esperaba, se giró ligeramente y elevó el pecho apoyando el peso sobre un codo para mirarme el pene y los testículos expuestos a su mirada.
-Te está creciendo poco, así mejor, no tienes que estar ...
... ocultándola en todo momento. -volvió a su postura inicial, su reacción me dejó más tranquilo, no se burlaba de mi y ya no me importaba tanto tener el pene pequeño.
Sujetó la verga con la mano derecha y tiraba del escroto con la otra comenzando a subir y bajar la mano a lo largo de la polla, la dejó un momento para escupir en la palma y pasar la saliva por lo que se veía del glande, tirando del prepucio dejó al descubierto la cabeza entera, no me daba cuenta de que no cesaba de mirar sus movimientos y mi polla comenzaba a reaccionar excitándose con lo que veía.
Raúl me miró como observaba fijamente su mano y todo lo que ella encerraba y luego la deslizó hasta mi verguita ya inflada. Sonrió con picardía.
-¿Te gusta? No me importa si quieres tocarla, mi primo Carlos lo hace y le encanta, le vuelve loco. -no sabía lo que hacer ni que decir, pero si que sabía mi deseo, que la tierra me tragara.
Raúl sujetó mi mano y la llevó hasta su verga, no opuse resistencia y dejé que hiciera lo que quería, como así sería desde este momento crucial, donde comencé a sentir su calor directamente, la polla ardía en mi mano, y supe que me gustaba, que se sentía muy bien sujetar la verga de otro. Me acompañó al principio en el movimiento hasta que me coloqué mejor para sujetarla y con timidez alargar los dedos de la otra mano y comenzar a jugar entre sus huevos.
Mi mano, pequeña y blanca, resbalaba sobre la negra barra de carne dura y mojada por lo que salía de su glande y resbalaba ...